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domingo, 25 de agosto de 2013

¿MALA SUERTE? ¿BUENA SUERTE? ¿QUIÉN SABE?


Se cuenta que un labriego chino tenía un caballo.
Con él hacía todas las labores del campo.
Un día el caballo se escapó por las montanas.
Sus amigos se lamentaban ante el labriego: ¡Qué mala suerte!
Pero él respondía: ¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?
Un buen día el caballo volvió a casa trayendo tras sí otros caballos salvajes.
La gente decía: ¡Qué suerte!
Y el labriego: ¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?
Estaba un día el hijo del labriego domando uno de los caballos salvajes y éste lo tiró y el muchacho se rompió una pierna.
La gente decía: ¡Qué mala suerte!
Y el labriego: ¿mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?
Por aquellos días llegaron al pueblo empleados del gobierno para alistar en el ejército todos los jóvenes capaces y hábiles.
El hijo del labriego por tener la pierna rota, quedó excluido, y pudo seguir ayudando a su anciano padre.
¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?


Acostumbramos a juzgar las cosas como buenas y malas, demasiado ligeramente. La Vida es la que hace las cosas bien, cuando nosotros hacemos lo que tenemos que hacer. Nada es buena ni mala suerte. Es un mal modo de hablar y un mal modo de pensar. Lo que La Vida da y hace es lo mejor aunque no lo comprendamos.
Cuando nosotros hacemos lo que no debemos hacer o no hacemos lo que tenemos que hacer, es cuando las cosas salen mal. Cuando es La Vida la que escribe nuestra vida, la escritura es perfecta.


Darío Lostado
(Vivir Como Persona)



miércoles, 21 de agosto de 2013

LO URGENTE Y LO IMPORTANTE


Suele confundirse lo urgente con lo importante.
Cuando no se tienen ciertas cosas imprescindibles para la supervivencia es urgente conseguirlas. Y mientras no se tienen se convierten en lo más importante.
Y llega un momento en que lo que fue urgente ya no lo es y deja de ser también tan importante. Porque ya se tiene.
Pero nos acostumbramos a mantener lo urgente como lo más importante siempre.
Y seguimos creándonos necesidades que ya no son urgentes ni importantes. Aunque sigamos dándoles el rango de tales.
En uno conferencia sobre desarrollo personal y autorrealización un oyente me preguntó: ¿Cómo se les enseña estas cosas a los que no tienen con qué vivir?
Se les enseña dándoles primero con qué vivir.
Pero los que tenemos con qué vivir nos pasamos la vida ocupados de cosas que ya no son urgentes, como si lo fueran, sin ocuparnos de lo necesario, de lo verdaderamente importante.
Y buscamos excusas para justificarnos ante nosotros mismo, que eso que hacemos y ocupa gran parte de nuestra vida es realmente urgente o necesario y hasta lo más importante.
Quizás no nos damos cuenta aún de qué cosas son realmente importantes en nuestra vida.
Quizás necesitamos un examen a fondo para saber qué es lo que quiero más. Y si eso que quiero es importante o lo hago yo importante por mi deseo caprichoso o poco fundado. Para la mayor parte de nosotros ya no hay cosas urgentes en sí.
Y son pocas las cosas importantes de verdad.



VIVIR NUESTRA REALIDAD HUMANA CONSCIENTE Y AMOROSAMENTE es la verdaderamente importante. Pero, ¿cuántos le dan esa importancia?
Algunos cuento más engolfados están en ganar y tener cosas superfluas, menos conscientes son de lo que es importante.
¿Cuándo nos ocuparemos de lo verdaderamente importante?
No lo dejes para mañana.
Empieza hoy.
Sólo hay una cosa verdaderamente importante:
Cumplir el plan del Creador en ti al hacerte PERSONA INTELIGENTE Y AMOROSA.
Eso es lo importante.
En todas las aplicaciones de la vida diaria.


Darío Lostado
(La Alegría De Ser Tú Mismo)


miércoles, 7 de agosto de 2013

LIBÉRATE DE LAS OFENSAS


Un filósofo había convenido con Narrudin encontrarse en la casa de este, para discutir sobre temas filosóficos
.
Cuando el filósofo llegó, encontró que el Mulá Nasrrudin no estaba.
Enfurecido le escribió en la puerta: estúpido, idiota.
Cuando Nasrudin llegó y vio lo escrito corrió a casa del filósofo y se disculpó: "Perdóname por haber olvidado nuestra cita. La recordé cuando vi en mi puesta, escrita, tu tarjeta de visita". ¡¡¡!!!


El ofensor o malhechor siempre es el primero en ser perjudicado con su mal.
Quien ofende a otro se ofende primero a sí mismo.
Todo el mal que pensamos de otros es nuestro porque está primero en nuestra mente.
El inteligente y sabio se cuida mucho de ofender a los demás.


Darío Lostado
(Atrévete A Ser Libre)

jueves, 1 de agosto de 2013

DE LA FELICIDAD EN LA VERDAD

La felicidad de cada uno irá apareciendo y haciéndose real en la medida que La Verdad vaya manifestándose más clara y patente en su intelecto.

No hay felicidad humana sin comprensión de La Verdad.

La felicidad basada en ilusiones pasajeras de ideaciones mentales, como todo lo transitorio es ilusorio.


La Verdad como la felicidad no está lejos ni cerca. Está en cada uno. O mejor aún es constitutiva de nuestra verdadera naturaleza inteligente. La ven lejos quienes se encuentran lejos de sí mismos. Y la ven cercana y presente quienes viven desde el centro de sí mismos, desde donde cada uno de nosotros somos la misma Verdad, Realidad y felicidad.


Darío Lostado
(Mensajes de Verdad)