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lunes, 27 de junio de 2011

DESCONTENTO

Mi amigo se había marchado a pasear y se quedó meditativo en un acantilado frente al mar.
Cuando regresó lo noté contrariado.

-¿Qué te pasa? -le pregunté.

-Nada -me contestó-. Esta vida es un asco. Y yo más asco todavía.

-¿Por qué dices eso?

-He estado mirando el mar infinito -me dijo-. Siempre el mismo. He pasado revista a mis preocupaciones y me parecen todas ridículas, infantiles. Siempre ocupado en necedades sin sentido, como si fueran problemas trascendentales.

Siempre esclavo del deseo de esto o aquello.

Siempre ocupado en necesidades insensatas.

Siempre pendiente de si fulanita me quiere o no.

Siempre pendiente de si reconocen y aprecian mis cualidades.

Siempre preocupado de que no me falten ciertas comodidades.

Siempre apegado a cosas y personas...

Me siento ridículo. Me siento estúpido.

Veo que tengo un mundo infinito más que el mar y me encadeno a pequeñeces.

Veo que el Universo entero está en mi conciencia, veo que soy la Inteligencia y La Vida infinita... y pequeñas situaciones, hechos insignificantes llegan a alterarme...


-Pero eso no es para enojarte contigo mismo -le dije-. Eso es más bien para que estés contento de que al fin te das cuenta de tu necedad, del error en que has estado sumido mucho tiempo de tu vida. Pero ahora tomas conciencia, lo ves.

-Si. Pero me da rabia de mí mismo porque he perdido tanto tiempo...

-Mira, si te da rabia es que todavía no te has comprendido bien. Todavía estás mirándote y mirando tu vida con los ojos de tu "ego" vanidoso que quiere verse perfecto. Por eso se enoja consigo mismo. Cuando tengas comprensión. Cuando te mires y mires tus propias deficiencias con serenidad con una comprensiva aceptación total, estarás empezando a madurar, a abrir los ojos, a ser menos estúpido. Mientras te enojes contra ti mismo, algo anda mal en su fundamento.
Es verdad que a veces se oyen voces por ahí, de indignación por los males del mundo y muchas voces animan e incitan a la rebeldía y las protestas y...

-¿Qué? ¿Acaso vas a decir que eso no está bien? -me cortó.

-Es verdad que el preocuparte de tonterías es necio. También es verdad que en el mundo hay muchas injusticias y muchos abusos... Pero tus gritos, tu rabia y tu rebeldía como la del mundo entero no solucionan ningún problema. El problema únicamente empieza a resolverse cuando lo ves lo comprendes y resuelves la parte que te corresponde a ti.


Darío Lostado.
(Somos Amor)

lunes, 20 de junio de 2011

IMAGEN PERSONAL



Es frecuente que de algunas personas con las que solemos tratar más frecuentemente nos formamos una imagen de cómo queremos o quisiéramos que fueran. Cuando se acomodan a esa imagen, decimos que son buenos o a la inversa. Tenemos la tendencia de compararlos con la imagen que nos hemos formado.




Pero mi voz me dice:

A las personas que viven habitualmente contigo, sueles usarlas o por lo menos lo intentas, a fin de que te sirvan para mantener el personaje o la idea que te has formado de ti mismo. De acuerdo con esa idea de ti o el personaje que quieres representar, tratas de ver cómo las personas que te rodean pueden ayudarte a mantenerlo.

Cuando tienes de ti una idea muy elevada y te crees muy sabio (siempre a nivel de personalidad) entonces necesitarás que las personas que están contigo favorezcan o apoyen esa idea de ti. Y cuando hagan o digan algo que contradice esa idea, esas personas serán tachadas de malas y les achacarás probablemente el mismo defecto que está en ti.

Lo más grave en estos casos es que cuando te formas una imagen de una persona como tú quieres que sea, cuando tratas con ella, ya no tratas con la persona sino con la imagen que te formaste de ella. Haces exactamente lo mismo que sueles hacer contigo mismo. No sueles verte y tratarte como lo que eres sino por la imagen que tienes de ti o la que querrías tener, la imagen de cómo aspiras llegar a ser. Es la imagen ideal de ti mismo. Pero, contrariamente a lo que suele pensarse, cuanto más te esfuerzas por conseguir esa imagen, más te alejas de tu realidad, de lo que realmente eres y debes ser.


Darío Lostado
(...Pero Mi Voz me Dice...)


martes, 14 de junio de 2011

¿SOMOS ÚNICOS?


Una de las características que distingue al ser humano es la "conciencia de sí".
La conciencia de sí puede entenderse de dos maneras.
La conciencia de sí puede ser en primer lugar la conciencia del "yo" verdadero, de la realidad central.
Y puede entenderse también como la existencia encarnada, concretada en una personalidad determinada.
Dicho en otras palabras la conciencia de sí puede significar el conocimiento de lo que somos como identidad o el conocimiento de nuestra personalidad que es el modo como nos diferenciamos unos de otros.
La realidad o identidad profunda es común a todos los seres humanos. Es aquello por lo que somos iguales.
La personalidad es aquello por lo que nos diferenciamos unos de otros.
El desconocimiento de nuestra realidad profunda o sea de aquello por lo que somos personas, es la causa de nuestros mayores males. Cuando esta realidad profunda es suplantada y substituida por la personalidad o el "ego", , caemos en el "egoísmo". Es decir la defensa de lo periférico, de lo secundario de nosotros, enfrentándonos con todos los "egos" de los demás y creándose así la rivalidad y luchas constantes, viendo siempre en los otros unos posibles o reales enemigos.
La conciencia del "yo" verdadero une, armoniza, unifica porque el yo verdadero es amor.
Si tenemos una auténtica conciencia del "ego" o de la personalidad, sabiendo que ésta no es sino la forma como se concreta y se encarna el "yo" verdadero, no sólo no sería causa de muchos o todos los males que padecemos sino todo lo contrario, es decir, sería la ocasión de una mejor y mayor comprensión humana entre todas las personas.
La psicología tradicional apenas si se ha ocupado del conocimiento de nuestra realidad profunda. Se ha centrado en su estudio básica y exclusivamente en la personalidad, en lo que nos distingue a unas personas de otras. Pero apenas en lo que nos une.
El trabajo de la realización personal, o lo que es lo mismo, el trabajo para vivir como personas ha de basarse en el conocimiento y "vivenciación" clara de lo que somos como realidad profunda.
Cuando en lugar de vivir por la fuerza inteligente y amorosa que es nuestra realidad profunda, vivimos dirigidos por el "ego" de nuestra personalidad empezamos a vivir anormalmente como personas.
Una cosa es reconocer que tenemos un "ego", una personalidad concreta y otra muy distinta el vivir defendiendo y dependiendo exclusivamente de nuestro "ego" con sus exigencias egoístas y exclusivistas.
Un buen conocimiento de nuestra personalidad, previo el reconocimiento de nuestra realidad central, es necesario y sumamente útil para una mejor convivencia y entendimiento entre los seres humanos.



Muchos autores nos han dicho, quizás para levantar nuestro ánimo o para darnos importancia que somos únicos. Yo mismo hace años insistía en este punto. Hemos enseñado que somos tan únicos que nadie tiene ni tendrá nuestros mismos sentimientos, los mismos pensamientos, las mismas características que nosotros. Llegábamos a decir también que nadie tiene nuestras huellas dactilares... etc., etc. Y es cierto. Pero esta unicidad nuestra, es tan secundaria y accidental frente a la maravillosa identidad interior que nuestras diferencias no tendrían por qué ser causa de separación y rivalidad.
La verdad lisa y llana es que la mayor parte de la gente ha vivido creyendo y sigue creyendo que somos un cuerpo con una personalidad. Y no somos ni lo uno ni lo otro.
Samos una realidad central única y común en todos los seres humanos, revestida, encarnada existencialmente en unas formas corporales determinadas y con una personalidad determinada.
Estas formas corporales y esas formas personales o de personalidad son los modos distintos de expresarse la infinita energía, el infinito amor y la infinita inteligencia que somos en nuestra realidad profunda.
Esto que estoy exponiendo y sobre lo que hemos de volver porque es el punto básico y la razón verdadera para vivir como personas no es una teoría más. Tampoco es para creerlo y aceptarlo sin más. Es para comprobarlo vivencialmente cada uno en sí mismo.
Hablar y discutir sobre ello no tiene importancia ni utilidad alguna. Yo lo expongo para que los que están viviendo con una demanda interior de buscar "algo más" lo miren, lo piensen y luego traten de vivenciarlo en sí mismos.
Somos UNO en nuestra realidad profunda, con todas las demás personas.
Somos ÚNICOS en nuestras formas: cuerpo y personalidad psíquica.
Las formas cambian, se destruyen.
Nuestra realidad íntima y profunda es siempre idéntica a sí misma sin cambios ni destrucción.
Los que viven identificados con sus formas cambiantes. nunca pueden decir: soy esto. Porque eso que dicen ser, está cambiando en todo momento. Cambia constantemente nuestro cuerpo. Las células que componen nuestro cuerpo hoy son distintas de las que teníamos hace siete o diez años, con excepción, quizás, de algunas del cerebro. Y no digamos nada de nuestros sentimientos y nuestras ideas continuamente cambiantes por motivos muchas veces insignificantes y baladíes.
Todos los seres humanos somos UNO. Formamos la gran familia de amor o unidad.
Pero vivimos peleados, distanciados, divididos, por defender nuestros "egos" con la funesta característica del ego, el egoísmo, que es la defensa del "ego" excluyendo a los demás.
El resultado de esta aberración todos la conocemos.
Aunque resulte machacón he de insistir una y otra vez en el tema.
Mientras no sea evidente teórica o intelectualmente difícilmente podremos vivenciarlo.
Y si no lo vivenciamos nuestra vida no será una verdadera vida de personas.


Darío Lostado
(Vivir Como Personas)


martes, 7 de junio de 2011

LA REALIDAD ES UNA


Hoy tienes algo importante que hacer.
Mañana será tarde.

Hoy debes entender que no eres una individualidad separada de La Energía, del Amor, del Ser Uno.

Tú no eres fulanito de tal y los demás son otros.
Aunque tu mente individualista lo rechace, tú estás en los otros y ellos están en ti.



Sí. Ya sé que casi nadie piensa así.

Algunos sí saben, porque lo han intuido y visto interiormente, que La Realidad es Una e infinitas las manifestaciones exteriores de la misma.
¿Por qué va a ser más cierto lo que parece que nos dicen los sentidos y nuestra mente robótica, que lo que nos dice la evidencia de la intuición interna y la visión de la Inteligencia contemplativa?
Trata de vivenciarlo por ti mismo en la intimidad luminosa de tu ser amoroso.


Darío Lostado.
(Mensajes De Amor)


sábado, 4 de junio de 2011

SOY LUZ


Toda enfermedad es un desajuste de luz, de los campos de luz o biofotónicos.
Somos seres de luz.
Pero nos empeñamos en vivir entre tinieblas.


Toda enfermedad empieza antes de que aparezcan los síntomas.
Empieza cuando la mente y el corazón se cubren de oscuridad.


Darío Lostado
(Atrevete A Ser Libre)

miércoles, 1 de junio de 2011

UN MÉTODO FÁCIL


¿Qué eres? le pregunté.
¿Qué voy a ser? me dijo. Es evidente lo que soy.
Dime, por favor, le dije, ¿qué eres sin referirte a tu nombre, a tu cuerpo, a tu familia, a tus cualidades...?
El me miró, quedó pensativo y me dijo: Me estás quitando todo.
No te quito nada, le dije. Nada de eso que te he nombrado eres tú. Fíjate que cuando hablas dices: mi cuerpo, mis pensamientos, mis cualidades... Quiere decir que existe un poseedor y unas cosas poseídas. Tú eres el sujeto poseedor. Tu cuerpo es algo que Tú posees. Tus ideas, tus cualidades, tus sentimientos... son algo que tienes o puedes dejar de tener. Eso quiere decir que el poseedor es antes y aparte de todo lo poseído. El poseedor es un ser independiente de lo poseído. El poseedor no cambia. Cambian sus posesiones. Pero él es siempre el mismo. Mientras lo poseído está en constante cambio, el poseedor es el que ve y observa todo lo que va cambiando.
Tú edres la conciencia luminosa que Ve y observa. Para llegar a tener la intuición clara y evidente de que eres ESO, esa luz conciente y amorosa, has de desidentificarte de lo que no eres, es decir, de tu cuerpo, de tus pensamientos, de tus cualidades y cosas. Cuando quites lo que no eres, quedará lo que res.

Photo by Guillem.


Es tan fuerte y profundo la creencia de que somos nuestro cuerpo con nuestras ideas, que resulta muy difícil convencernos de lo contrario. Pero esta convicción puede llegar a través de una observación sincera y profunda. Nunca quedándonos con las creencias superficiales que siempre hemos tenido.
Tu nombre es una palabra. Tus ideas son contenidos de la mente. Tu cuerpo está en constante cambio mientras tú permaneces el mismo.
Repítete constantemente la pregunta ¿quién soy? ¿quién es el que come, quién el que camina, el que ama, el que piensa, el que trabaja...? Esa pregunta debe estar siempre resonando en ti. Ese es el método simple, sencillo pero práctico. Pregúntate siempre ¿quién soy?
Un día aparecerá la luz, aparecerás tú que eres luz y desaparecerán las tinieblas de lo que no eres. Te darás cuanta de que eres el testigo de todo cuanto ocurre en ti, de todo lo que haces y percibes. El testigo permanente, inalterable, divino, eterno.


Darío Lostado
(Hacia La Verdad De Ti Mismo)