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viernes, 30 de septiembre de 2011

SER HUMANO



¿Quieres saber cuál es la causa de los males humanos?

¿Quieres saber por qué tu vida está llena de sinsabores, amarguras, rivalidades, egoísmos...? Estás imbuido e identificado con un grave error sobre ti: el error de creerte independiente y autónomo, separado del Todo y del mundo que te rodea.

Las ilusiones del ego te llevan a creerte valioso en lo más efímero, caduco y banal de ti.

Tú eres sabio, poderoso y amoroso en AQUELLO que te identifica con el Ser Uno, con el TODO y con todos.

Las apariencias de tu personalidad son limitadas, volubles y fugaces. Toma conciencia de ello.


Darío Lostado
(Mensajes Para Elevar La Cociencia)




miércoles, 28 de septiembre de 2011

LA VERDAD DE SÍ MISMO



¿Acaso se puede "decir", expresar con palabras la verdad de algo? ¿Acaso el "sí mismo" es algo que pueda "decirse" qué es? ?
La verdad no es lo que se dice o se piensa.
La verdad es LO QUE ES. La verdad es La Realidad.
Todo lo que yo diga sobre algo, solamente serán ideas mías sobre ese algo, más o menos aproximadas.
Solamente tiene verdad o es verdadero aquello que no cambia, lo que es siempre idéntico a sí mismo. Por eso Dios o El Ser, es la Verdad. Y tú, yo y todos los seres humanos en lo que somos Realidad, en lo que somos Ser permanente, Dios, somos también Verdad.
Por eso yo no puedo decirte la verdad de mi mismo ni la verdad de ti mismo. Solamente insinúo caminos para que cada uno encuentre la verdad de sí mismo, encuentre lo que es permanente, lo que es La Realidad, la Verdad de sí mismo.
El hablar de "mi" verdad y "tu" verdad es un error y un engaño. No existe "mi" verdad ni "tu" verdad. Lo que llamamos "mi" verdad o "tu" verdad no es sino mis ideas o tus ideas sobre algo. La verdad no es tuya ni mía. La Verdad ES. Yo y tú podemos pensar sobre la verdad. Pero lo que pensemos nunca será La Verdad. Será sólo una idea parcial de la Verdad en el mejor de los casos.
Como estamos acostumbrados a pensar y hablar por lo que oímos de otros, suele decirse frecuentemente: "Esa es 'mi' verdad". Y se dice porque parece una original y bella frase. Pero debería decirse: eso es lo que yo veo. Nada más.
Así, pues, ¿podemos hablar sobre la verdad de nosotros mismos? Sí, podemos hablar muchas cosas, pero la Verdad solamente la poseeremos cuando la veamos internamente, cuando la sintamos por nosotros mismos, cuando la vivenciemos y la vivamos.
Y solamente intento señalar la dirección. Mis palabras e ideas solamente son una flecha indicadora. La mente jamás podrá conocer la verdad de nosotros mismos. La mente es una ayuda en el camino. Pero llega un momento en que la mente tiene que callarse. Y en el silencio de la mente aparece la Verdad. Sólo entonces.
La Verdad es El Ser y La Realidad. Y al Ser sólo se le comprende, se le VE, con la luz del Ser mismo.
Y ¿cuál es la realidad del Si MISMO? ¿ Cuál es nuestra verdad? ¿Cuál es la verdad de lo que somos?
El que sueña cree que es real eso que está soñando.
Chuang-Tsé tuvo un sueño en el que creía que él era una mariposa que iba de flor en flor.
Al despertar, estaba aturdido pues no sabía si aquello había sido un sueño o es que en realidad él era una mariposa que ahora estaba soñando ser un hombre.
¿Cuál era la realidad y cuál el sueño?
Todo pensamiento es un juego mental.
El pensamiento, el juego mental puede adquirir infinitas formas. Pero es evidente que ningún pensamiento, ningún contenido de la mente es real. Y por consiguiente ningún pensamiento es la Verdad.


Solamente cuando contactemos y vivenciemos la Realidad de nosotros mismos conoceremos nuestra Verdad. Y eso no se consigue únicamente pensando, lucubrando, razonando.
La Verdad, La Realidad última no puede ser percibida ni por los sentidos externos ni por la mente. Es vivenciada por la conciencia interna, directa e inmediatamente.
Lo que conocemos sobre el mundo exterior lo conocemos y percibimos mediante los sentidos y la mente. Ambos, tanto los sentidos como la mente "colorean" según su capacidad y sus propios condicionamientos esos datos que percibimos en el exterior.
La creencia común es justamente todo lo contrario. Se cree que la realidad exterior visible y tangible es la verdadera realidad y según muchos ésa es la única realidad. Se suele pensar que lo real es lo que se palpa y lo otro, es decir lo que los sentidos externos no pueden percibir, eso se considera como ideal, imaginario, abstracto. Esa es la concepción sensista en la que hemos sido educados. Así es lo que parece ser cuando se miran las cosas superficialmente, aunque sean científicos o gente importante quien lo defienda. Estoy convencido de que mi visión no es la corriente. Pero es la de quienes han vivenciado y experimentado La Realidad, Dios. Todos sabemos por experiencia cómo nos engañan los sentidos y la propia mente. La mente está condicionada por conocimientos y experiencias anteriores.
Solamente la luz de la conciencia interna nos da seguridad de la verdad de todo cuanto ve y conoce.
Esa luz interna es la única que nos hará Ver y Sentir la verdad de lo que somos.


Darío Lostado
(Hacia La Verdad De Ti Mismo)



lunes, 26 de septiembre de 2011

VIVIMOS DORMIDOS


"Ya es hora de despertar del sueño", dice la Biblia.

Vivimos ordinariamente dormidos, sin conciencia clara de qué somos, dónde estamos, qué hacemos, por qué hacemos lo que hacemos, por qué sentimos lo que sentemos, qué sentido tiene para nosotros el vivir o el no vivir...

Vivimos generalmente empujados, arrastrados por el instinto y voluntad ciega, natural y espontánea de vivir, pero prácticamente inconscientes, muy poco despiertos.

Vivimos sin conciencia clara de quién es el que vive detrás de esas apariencias de este cuerpo, quién es el que está viviendo dentro y detrás de esa carne, y esos huesos que componen nuestro cuerpo.

Vivimos sin conciencia clara de quién es el que alberga esos pensamientos, esos conocimientos, esas habilidades de trabajar, de jugar, de desarrollarse y desenvolverse en la vida...

Vivimos sin conciencia clara de quién es el que está afectado por esos sentimientos agradables o desagradables que nos ponen alegres o tristes en cada momento, quién es ese que sufre o se alegra, ese que se preocupa, que se impacienta, que se atemoriza, que duda, llora, canta, ríe, goza...

Vivimos sin tener clara conciencia de quién y qué es ese "Yo" sujeto activo, que es el que realmente vive detrás de la vestimenta, detrás del cuerpo de carne, huesos, ojos, cerebro, órganos interno con sus células, moléculas y átomos.

Y si no sabemos quién es el que piensa en nosotros, quién es el que siente, el que se mueve, el que vive en nosotros, ¿qué podremos saber con una cierta garantía de certeza?

Si yo no conozco lo más próximo a mí mismo, si no conozco al que conoce, ¡cómo podré conocer las cosas que me rodean? ¿cómo me atrevo a hacer afirmaciones sobre lo que perciben mis sentidos? ¿podré conocer a esos otros a los que llamo personas, que son lo que yo soy, si no sé quién soy yo, que supuestamente es la persona que está conociendo? ¿podré conocer a ese Ser que llamo Dios y en quien supuestamente creo y del que digo que es el Ser más importante, el más grande, el más poderoso, el más sabio, el más bueno, el absolutamente prefecto, si no conozco a este otro ser pequeño cercano que soy yo mismo?

¿No será todo eso una simple afirmación sin sentido que repito sin verdadero conocimiento, sino como una cinta grabada que reproduce y repite lo que ha sido grabado en ella sin tener conocimiento de lo que significa y de lo que expresa?

El camino hacia lo Universal empieza en lo individual.

El camino hacia afuera empieza adentro.

El camino hacia los demás empieza en sí mismo.

El Camino hacia las cosas (que es la ciencia) empieza en el conocimiento de sí mismo(que es el sabiduría)

La comprensión del mundo, de los acontecimientos... de Dios, tiene necesariamente su origen y base en la comprensión de sí mismo, en el acontecimiento de conocerse a sí mismo, el sujeto que comprende y conoce.

Cuando me desconozco a mí mismo, es imposible que pueda conocer a los otros.

Cuando no tengo una auténtica aceptación de mí mismo, es imposible pretender aceptar a los demás.

Photo by Guillem.


Por más que me proponga y me imponga aceptar a las personas que me rodean, será un esfuerzo vano y de resultados muy momentáneos, mientras no comience por aceptarme a mí mismo, real y efectivamente, tal como soy, en lo que me veo como bueno y en lo que me veo como malo.

Solemos vivir preocupados y atormentados porque nos cuesta aceptar a ciertas personas.

Nos damos cuenta de que las circunstancias nos imponen el trato con esas personas que no nos caen bien. Nos proponemos no hablar mal de ellas y hasta tener buenos sentimientos y actitudes con ellas. A veces hasta es posible que consigamos en un momento determinado, ser amables con esas personas. Pero pronto volvemos a nuestra actitud de rechazo.

La explicación de esa conducta radica en que no empezamos por donde debemos empezar.

Haz que empezar por una aceptación clara, consciente y sincera de nosotros mismos, de ese que ve, piensa, siente, vive, que llamo "yo".

Nos daremos cuenta entonces de que nuestro comportamiento es como nosotros no quisiéramos que fuera. Nos daremos cuenta de que una cosa es lo que nosotros queremos o quisiéramos hacer y otra lo que realmente hacemos.

Aún admitiendo esa diferencia y a veces contradicción, entre lo que queremos y lo que hacemos, hemos de aceptar que así es y así hemos de aceptarnos.

No se consigue nada queriendo dar explicaciones, buscando los motivos y las causas de ese modo incoherente o contradictorio de comportamiento.

No se consigue nada queriendo dar explicaciones, buscando los motivos y las causas de ese modo incoherente o contradictorio de comportamiento.

Lo únicamente eficaz es aceptar los hechos tal cual son, aceptar nuestro comportamiento como es y ser muy claramente conscientes de cómo somos y cómo quisiéramos ser, evitando los intentos inútiles de justificarse y eximirse de responsabilidades.

Frecuentemente jugamos a ser buenos.

A veces ni siquiera jugamos a ser buenos sino a tener buenas intenciones de ser buenos.

Con las buenas intenciones nos quedamos ya satisfechos como si "el intentar" fuera "realizar" y el decir fuera hacer. Y así seguimos dormidos en los laureles del engaño.

Solamente el aceptar la verdad tal cual es, nos liberará del error de creer que el sueño es la realidad y que el decir es hacer.


Darío Lostado
(Hacia La Verdad De Ti Mismo)




sábado, 24 de septiembre de 2011

ESTAR EMPAPADO DE AMOR


No todos podemos ser millonarios en dinero. Pero todos podemos vivir empapados de amor.
Me de miedo hablar o escribir sobre esta palabra tan maltratada, tan desgastada, ajada, manoseada, profanada.
Pero ésta es la primera y última palabra del Universo. Por amor existo.
Por amor vivo.
Por amor se hizo el mundo, se conserva y se mantiene.
Por amor hay niños.
Por amor hay familias.
Por amor hay sociedad.
Por amor existe todo.
Y yo, el mundo, los niños y la sociedad andamos mal cuando el amor se resiente, flaquea o desaparece.
Sólo nos comportamos mal, como malos, por inconsciencia e ignorancia.
Inconsciencia e ignorancia de que la disminución de amor en mí hacia mí mismo, los demás y el mundo, es mi propia autodestrucción.
Allí donde hay amor hay armonía y felicidad.
En criterio del mundo de nuestros días, todo se consigue con dinero.
Quizás casi todo.
Menos la felicidad.
La felicidad sólo está allí donde hay amor.


Se dice que el dinero no da la felicidad pero ayuda a conseguirla.
Solamente eso es verdad cuando no se tiene lo indispensable para vivir. Entonces el dinero es un medio e instrumento necesario para subsistir. No para ser feliz subsistiendo simplemente.
La fuente y causa de la felicidad sólo se halla en el amor. En el amor activo que yo tengo. No en el pasivo.
La felicidad no está en ser amado sino en amar.
Muchos son infelices por no ser amados, quizás. Es propio de los niños y de las personalidades infantiles. Ellos, los niños sólo deben ser amados. Aprenderán a amar solamente cuando sean amados y lo sean tierna y profundamente.
Muchas personas a quienes les cuesta mucho amar, es porque fueron de niños poco amados.
Muchos son infelices a pesar de ser amados porque ellos no aman. Incluso pueden ser más infelices que si no fueran amados porque al no responder amorosamente al amor que reciben, sienten un mayor vacío, una mayor angustia al verse sin frutos, sin sus verdaderos frutos, sin el fruto propio del ser humano que es amar.
Son árboles bien regados y abonados que no dan fruto.
Dondequiera que exista una chispa de alegría verdadera existirá que el amor.
Dondequiera que existan sentimientos fuertes, fecundos, vivificadores, allí existirá amor.
Todos conocemos personas con salud, belleza, dinero, fama, confort..., que no son felices.
Algunos tienen la sinceridad de confesarlo.
Conocí en una ocasión un muchacho de 15 años, muy inteligente. Un verdadero fenómeno de inteligencia de la naturaleza. Había escrito ya varios libros. Daba conferencias por las Universidades. Tenía el título de Doctor honoris causa por alguna Universidad. Tenía dinero... Pero vivía triste. No deseaba vivir.
A aquel cerebro privilegiado para conocer y saber, le faltó saber una cosa sencilla: Que el hombre sólo es feliz cuando ama. Que el que es capaz de amar es feliz.
No todos pueden ser millonarios en dinero.
Pero todos podemos vivir empapados de amor.
No depende de nadie.
Sólo de ti. De cada uno de nosotros.
Ni depende de ser correspondidos en el propio amor.
Eso es lo mejor y suele ser lo normal cuando se ama bien. El que ama sólo si le aman, ya no ama bien. Y es muy probable que pronto deje de amar.
El que se cansa de amar porque no le corresponden, no amó de verdad.
El que ama en tanto en cuanto le aman es un calculador. No un amador.
El que pone condiciones para amar, nunca amará.
El que ama con celos, ama desde el cerco, la periferia del amor. No desde el centro del amor.
El que se queja ante la persona amada, de los sacrificios que ha hecho por ella, nunca la amó de verdad.
El que ama sólo porque la otra persona le gusta, le agrada, es un sensual hedonista. No un amador.
El que impide que su persona amada se desarrolle como persona en su capacidad y dimensión de amor generoso y universal, No la ama de verdad.
El ser humano sólo es feliz con amor y por amor.
El que está empapado de amor verdadero, siempre tendrá una razón para ser feliz. Porque él está dando sus frutos, sus verdaderos frutos.


El que ama generosamente y de verdad puede sentir el no ser correspondido.
Pero el sufrimiento más profundo para el que ama de verdad consiste en ver que la persona amada no recibe su amor y no desarrolla su capacidad amorosa y por tanto no podrá ser feliz.
Cuando tú amas a una persona y ésta no hace lo que realmente la hará feliz, tú sufres porque quieres con tu amor hacia ella que reaccione y también ella ame.
El amador egoísta busca siempre solamente la correspondencia a su amor.
El amador de verdad quiere que su amor despierte en la persona amada también amor, porque es su mayor bien y el único camino de felicidad.
Si el amador es también amado por la persona a quien él ama se sentirá completamente dichoso.
Pero su objetivo al amar no es principalmente ser amado sino que la otra persona crezca desarrollando su capacidad de amar.
Es muy lógico y lícito desear ser correspondido en el amor. Y suele ser un gran sufrimiento la falta de correspondencia amorosa.
Pero el que ama de veras, ama sin condiciones de correspondencia. Ama porque siente que debe amar.
El que deja de amar cuando cree que no es correspondido, no amaba tanto a la otra persona cuanto a sí mismo.
Cuando el que ama es correspondido tiene tres satisfacciones: la de amar, la de ser amado y la de ver que la persona que él ama hace lo mejor que puede y debe hacer: amar.
Cuando el que ama no es correspondido, no tiene la satisfacción humana de ser amado y correspondido. Pero tiene la satisfacción de amar y ver que la persona amada recibe su amor y se moviliza su capacidad amorosa.
Si el que ama no es correspondido y además ve que la persona amada rechaza su amor y se cierra en sí misma sin desarrollar su capacidad amorosa, el amador tiene el mayor sufrimiento de amor.
El día que veamos que nuestra satisfacción intima y felicidad profunda está en relación directa con nuestro grado de amor, sentiremos el deseo de estar empapados de amor.
El mundo estará mejor cuando sus habitantes se empapen de amor. No cuando hay mucha producción solamente.
Tarde o temprano el mundo será de quienes amen.
Si quieres hacer algo útil por el mundo, por tu familia, por ti, empápate de amor.


Darío Lostado
(La Alegría De Ser Tú Mismo)




lunes, 19 de septiembre de 2011

¿INTENSIDAD O PROFUNDIDAD?


Suela confundirse la intensidad con la profundidad del amor.
La intensidad del amor es la cantidad de energía que la persona moviliza en su deseo de unión con el ser amado.
La profundidad, en cambio, se refiere al origen de donde brota el deseo de la unión y determina, por lo tanto, si el amor es una apetencia meramente sensitiva o es un anhelo de lo profundo del alma.
Los amores intensos o apasionados suelen ser periféricos, superficiales y por tanto poco duraderos.
La intensidad del amor busca siempre su satisfacción en el cuerpo.
El amor profundo es duradero y es gozo íntimo y permanente, porque se origina y se dirige a lo más esencial del ser.



Darío Lostado
(Mensajes De Amor)



sábado, 17 de septiembre de 2011

CONSUMISMO Y SUFRIMIENTO


Si analizamos cada uno de nuestros sufrimientos, nos damos cuenta de que siempre hay en el fondo un deseo no cumplido. Deseé algo y no lo puedo conseguir. Estoy deseando algo y no lo consigo. Desearía tener..., hacer..., conseguir..., algo y no lo logro.

La táctica y estrategia comercial del consumismo propone a la gente constantemente algo deseable. Algunas veces son cosas útiles. Otras son completamente inútiles pero son cosas atractivas, cosas que dan "status" social o personal, cosas que hacen a la persona que las posee más importante a los ojos de los demás. Las modas de turno son un ejemplo evidente de esto.

Muchas personas suelen argüir que ellos no, ellos tienen las cosas simplemente porque les gustan y no para que las vean los demás. Pero si se ahonda con sinceridad en los motivos por los que les gustan, se llega a la conclusión que se sienten más importantes con esas cosas, ante los ojos y la opinión de los demás.

Muchas cosas se poseen para ser apreciados y admirados y ser tenidos en mayor estima por los demás.

Y si nosotros queremos tener cosas para que nos admiren e incluso nos envidien, es porque también nosotros por nuestra parte hemos admirado y envidiado a los que las poseen.

Es muy difícil que una persona admita que envidia a alguien. Dará explicaciones rebuscadas y mil sinrazones a sus sentimientos y actitudes. Pero no admitirá que envidia a otras personas. Otros defectos son admitidos fácilmente. Pero no la envidia.

La política económica y comercial de los pueblos desarrollados principalmente, se basa en fomentar e incentivar el consumo, el movimiento del dinero.


Esto que en el plano económico parece lo mejor para un mayor desarrollo se constituye en causa de decaimiento de la persona, en su desarrollo humano, en cuanto persona, y es una pendiente no fácilmente perceptible pero indudable hacia el subdesarrollo humano. Y ello, no porque el desarrollo económico, técnico, científico o de confort en el modo de vivir sea perjudicial o negativo en sí mismo, sino porque la persona llega a acostumbrarse a reaccionar automáticamente por los estímulos que se le proponen y camina, como el animal inconsciente de sí mismo corre detrás de la zanahoria.

La política consumista crea deseos. Y los deseos de tener y poseer cosas y cosas sin límite, ahogan sustituyen y matan al deseo de ser lo que uno es.

La mayoría de la personas viven tan afanadas por llegar a conseguir ciertas cosas que no tienen tiempo para sí mismas, para saber quiénes son, qué hacen en la vida, aparte de pasarlo bien y adquirir cosas y más cosas.

El afán de tener y poseer algo de afuera, indica lo pobreza y la ignorancia de lo que se tiene dentro.

Cuantas más cosas se adquieren, más se va ahondando el vacío interior. Y cuanto mayor es el vacío interior más ansias se tiene de cosas para compensarlo. Es el círculo vicioso que nunca acaba hasta que ocurre algún hecho impactante o se de un despertar de la conciencia.

Si fuéramos conscientes de lo que somos y viéramos que necesitamos muy pocas cosas, no caeríamos en esa carrera alocada por adquirir y poseer cosas.

El consumismo, algo aparentemente inocente, es el camino directo hacia el subdesarrollo humano de los pueblos técnica y materialmente desarrollados.

No es el consumir sino el deseo y afán desmedido de tener y la obsesión de comprar lo que otros proponen, lo que hace que el consumismo sea peligroso y nefasto.


Darío Lostado
(Hacia La Verdad De Ti Mismo)




miércoles, 14 de septiembre de 2011

EL MISMO MAR


Veo el mar.

Sus olas suaves besan la playa.

Ayer la golpeaban y bramaban.

Y es el mismo mar.




Darío Lostado
(Ama Y Haz Lo Que Quieras)


domingo, 11 de septiembre de 2011

JOVENES Y VIEJOS


Jóvenes y viejos...

¡Cuántos jóvenes en años con ánimo viejo y talante arrugado y acorchado!!!

¡Cuántos viejos en años con ánimo joven y talante abierto!!!

¿Quién juzgará la juventud en la personas?



Darío Lostado
(Ama Y Haz Lo Que Quieras)


viernes, 9 de septiembre de 2011

ILUSIONES MÍAS


Ashtavakra dice: "Sólo como ilusión prevalece el mundo. La Realidad del mundo se desvanece con el conocimiento del Ser. El sabio vive sin el sentimiento del 'yo' y 'lo mío', sin apegos."

Lo que más cuesta al ser humano es morir a su yo personal. Por eso muchos desean reencarnarse, para mantener su yo. Lo mismo los que esperan ir al cielo. Piensan y desean ir allí y seguir viviendo con este mismo yo personal que tienen ahora. ¡Vana ilusión!

Vivimos con la ilusión de nuestro yo personal, individual y autónomo. Pero el yo es ilusorio y por tanto mucho más su autonomía.


Cuando conocemos la Verdad del Ser, nos damos cuenta de la engañosa ilusión del yo.

Cuidamos de "lo mio", "mis ideas", "mis sentimientos", "mis modos de ser"... Todo lo mío es un engaño.

Es cierto que el mundo es mío. Es de mi conciencia y no de mi mente pequeña. Todo es mío, de mi Yo Real, de mi Ser, del Ser. Pero nada es mío, de mi yo personal. La ropa que llevo puesta, ¿es mía? Tanto la ropa como mi yo personal son ilusorios. Como ilusiones, sí son míos. Es lo que posee mi yo mental: puras ilusiones, fantasías, engaños.


Darío Lostado
(Despertar A La Conciencia Día A Día)

miércoles, 7 de septiembre de 2011

PERSONAS-OBJETOS



Se viene hablando mucho en los últimos años de la defensa de los derechos humanos.
Parece que el primero, principal y más genérico derecho humano es el de ser persona y ser tratado como tal persona.
En nuestros tiempos es frecuente ver que la persona es tratada y usada como un objeto.
Objeto de utilidad.
Objeto de placer.
Objeto para tener más poder, más dinero...
Se trata a algunas personas con una finalidad meramente utilitaria. Pensando más en lo útil que pueda ser, que en lo que tiene de humano y enriquecedor el contacto personal.
Se utiliza a los de arriba y a los de abajo.
Utilizan los de arriba y los de abajo.
Es frecuente que en los encuentros personales se piense al conocer a una persona: ¿me conviene esta persona? ¿me podrá ser útil en algo?
No son muchos los que en el encuentro humano sólo busquen el gozo y la alegría de encontrarse.
Y todavía parece más difícil pensar: ¿qué puedo yo hacer por esta persona?
En nuestros tiempos en que se compra y se vende todo, también se compran y venden los cuerpos para el placer. No siempre la compra-venta es por dinero.
Hay compra-ventas de las personas, incluso en bodas elegantes.
Se compra y se venden los cuerpos por fama, buena figura, atractivo físico, nivel económico y social, seguridad...

Photo by Guillem



A veces no son los demás sino uno mismo el que convierte su persona en objeto.
No sólo el hombre que va a una prostituta la convierte en objeto.
También el esposo que usa a su esposa como objeto de placer sin amor, la convierte en objeto.
También hay esposas que convierten a sus esposos en objetos de utilidad o placer.
Cualquiera que sea, donde quiera que sea, como quiera que sea una persona usada como objeto, se está cometiendo con ella la peor de la crueldades. Se le está despersonalizando.
Se le convierte en objeto de manipulación.
La manipulación tiene muchas formas, muchas caras.
Una forma moderna muy frecuente en manipulación es la publicidad.
El consumismo con sus mecanismos agudos y sutiles ejerce tal presión sobre la persona que la llega a convencer de necesidades que no lo son.
El consumismo con su único afán de ganar más, manipula a las persona, sometiéndolas a tales presiones morales que dejan de pensar por sí mismas.
La publicidad para ser honesta debería reducirse a informar.
Sin presiones.
Sin engaños.
Usar a las personas como objetos a manipular es un manera, casi tan grave como la muerte, de destruir a una persona.
La manipulación es muy frecuente en la demagogia de los políticos que usan a tantas personas para encaramarse al poder.
Respeto, señores, respeto por la persona.
Los seres humanos no son objetos de compra-venta. Respeto por la persona.
Por cualquier persona.
Por todas las personas. Siempre. En cualquier lugar.


Darío Lostado
(La Alegría De Ser Tú Mismo)


viernes, 2 de septiembre de 2011

Tú eres ESO



La milenaria sabiduría védica hidú enseña insistentemente que bajo las infinitas formas ilusorias de todo cuanto existe sólo es real Brahman o Dios.

Cuando los discípulos se presentan al maestro porque quieren conocer La Verdad, éste les pone la mano sobre el corazón señalándoles y les dice: Tú eres ESO.

Tú eres Eso, tú eres la Verdad, tú eres Brahman o Dios, porque lo que se ve de ti, tu apariencia toda, es ilusoria e inconsistente. Lo único que tiene entidad verdadera, lo único que vale la pena en ti es aquello que está sosteniendo tu cuerpo y tu personalidad individual. Y eso es Dios.

Hay un cuento vedántico que trata de expresar esta enseñanza. Era un grupo de diez hombres que tuvieron que vadear un río y ninguno sabía nadar. Después de muchos esfuerzos lograron llegar a la orilla. Creyendo que alguno podía haber sido arrastrado por las aguas, uno de ellos se puso a contar a todos, empezando por el que estaba a su derecha y terminando por el de su izquierda, sin contarse a sí mismo. Así eran nueve. Faltaba uno. Todos estaban convencidos de que faltaba uno porque cada uno de ellos contaba a los demás sin contarse a sí mismo. Y se pusieron a llorar la muerte del que faltaba. Cuando estaban en sus lamentos acertó a pasar por allí un caminante que al verlos tan tristes logró enterarse de lo que ocurría. Entonces le mandó a uno de ellos que contara de nuevo. Cuando éste hubo acabado contando nueve solamente, el viajero le tocó con su dedo al pecho del que había contado y le dijo: Tú eres el décimo. Ellos entonces se dieron cuenta de su error y se llenaron de gozo.


Photo by Guillem



El ser humano para su vida creyéndose indigente, pobre, desdichado, hasta que la Sabiduría le toca el corazón y la conciencia y se da cuanta de que él es la dicha, la felicidad y el Amor.

Tú eres todo eso.

Toda tu apariencia es una vana frivolidad.

Tú no eres tu apariencia sino mucho más.


Darío Lostado
(Somos Amor)




jueves, 1 de septiembre de 2011

MANOS ABIERTAS


Es un buen punto de reflexión la bella poesía que me ha enviado mi amigo poeta Henry Whitechurch.


Quien quiere poseer cierra su mano

oprimiendo al objeto deseado,

pensando así que al aferrarse

es más dueño del bien tan codiciado.

¡Triste ilusión y trágica quimera!

pues en su afán de poseer

no cae en la cuenta

que cabe mucho más en mano abierta.

Quien quiera, pues, tener alguna cosa

sin ser por ella misma poseído,

ha de ser libre cual pájaro feliz

que nunca se aferra al mismo nido.

No quien cierra su mano tiene más

ni quien tiene más, por ello es más dichoso.

la mano abierta, las alas desplegadas

darán gozo a tu vida y a tu corazón, reposo.





Darío Lostado
(Mensajes De Alegría)