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viernes, 29 de julio de 2011

ESTAR DESPIERT@


Lo más importante para una persona es estar despierta en cada situación de su existencia.

Si me preguntas qué es estar despierto será una prueba que ni estás ni has estado nunca despierto. Estar despierto es vivir con la conciencia siempre atenta y saber distinguir lo que es real y verdadero de lo que es solamente ilusorio e irreal. Si crees que aún estás dormido y no has despertado, enfoca y dirige la atención de tu mente en la dirección del centro donde está la luz, el centro de tu realidad.


Si mantienes habitualmente esa atención, despertarás con toda seguridad. Si dedicas algún tiempo cada día a ello, será mucho mejor.


Darío Lostado
(Mensajes De Verdad)


martes, 26 de julio de 2011

TU MEJOR MAESTRO


Muchas personas buscan acá y allá maestros, organizaciones, cursos, escuelas, sectas, iglesias... no se sabe exactamente para qué, aunque pareciera que buscan mejorar su vida, encontrar la verdad...

Pero mi voz me dice:

El mejor maestro y la mejor enseñanza está dentro de ti. Los maestros, las conferencias, los cursos pueden ser útiles para ayudarte a ver, a iniciarte en el camino. Pero recuerda que alguien puede hacer una comida para ti pero nadie la puede comer por ti. Alguien puede darte un vaso de agua pero eres tú quien deberá beberla para saciar tu sed.

Cuando se alcanza un nivel de consciencia superior te das cuenta que esa consciencia superior es tu mejor maestro.

Photo by Guillem



Si estás con los ojos abiertos y la consciencia despierta, verás que el mundo entero y los acontecimientos todos de la vida pueden y deben ser tus maestros en todo momento. Cuando estás atento a cuanto pasa en ti y fuera de ti todo se convierte en permanente enseñanza de vida. Lo que necesitas aprender lo recibirás paso a paso si te mantienes permanentemente con plena apertura de espíritu.

Muchas personas quedan paralizadas y aprisionadas en las reglas, métodos, disciplinas y enseñanzas del camino, creyendo que el camino, los métodos y las técnicas son la meta y el destino. Un hambriento puede pasarse días y meses preparando una sabrosa comida. Pero si se contenta con prepararla y no la come, al final morirá de inanición.

Todos los maestros exteriores si son auténticos no pueden ser sino manifestación espontánea y clara del verdadero maestro interior de la consciencia superior.


Darío Lostado
(...Pero Mi Voz Me Dice...)



jueves, 21 de julio de 2011

LIBERACIÓN DE LA ENFERMEDAD


Hablando con una persona que entendía y aceptaba que todo es manifestación del Ser, de Dios, me decía: Si Dios es bueno y todo lo hace bien, ¿por qué no hizo que los seres vivos y principalmente los seres humanos que somos su imagen nos desenvolviéramos de un modo más natural como sería nacer, crecer, madurar, envejecer y morir sin tener que pasar por tantas enfermedades?

Pero mi voz me dice:

La muerte es un hecho natural, pero la enfermedad es una normalidad producida por una enfermedad de la consciencia de la Humanidad. Al estar la persona inmersa y absorta en esa consciencia de la Humanidad enferma, ella también enferma. En la medida en que la consciencia enferma de la humanidad actúa en nosotros, en esa misma medida se manifiesta la enfermedad. Cuando una persona logra vivir en un nivel superior y vive instalada en ese nivel superior, se libera de los efectos de la enfermedad. Lo que ocurre es que, en un momento u otro todas las personas vivimos o hemos vivido inmersas en esa consciencia enferma de la Humanidad. Y tarde o temprano se manifiesta en algún tipo de dolencia o enfermedad.


Las pocas personas que en la historia de la Humanidad han aparecido en la tierra, liberadas ya desde su nacimiento de la enfermedad de consciencia de la Humanidad, han pasado por la tierra exentas de toda enfermedad. Ahí tenemos los occidentales el ejemplo de Cristo.

La anormalidad por tanto de las enfermedades hay que aceptarlas como el efecto lógico de nuestra condición de humanos, fruto del bajo nivel de la consciencia de la Humanidad en la que estamos inmersos. Pero aún en nuestra actual condición, es evidente que en la medida del desarrollo de nuestra consciencia individual, más fácilmente se eliminan las anormalidades de la enfermedad.


Darío Lostado
(...Pero Mi Voz Me Dice...)

domingo, 17 de julio de 2011

NUESTRA ENFERMEDAD


Terrorismo, injusticias sociales, delincuencia, desempleo, desorden...
Todo tiene un nombre común.
Todo tiene una causa única.
Se intenta poner remedio a los males, olvidando la causa de los males.

Quizá no vemos la causa porque nos da vergüenza y somos demasiado orgullosos para reconocer que esta causa está en nosotros. Pero proferimos buscarla fuera.
Es el egoísmo burgués en forma de amor desordenado al dinero, al confort, a la ambición de tener más que los otros como valores supremos de la vida.
El político profiere quedar bien y que el partido salga triunfador y él, naturalmente como director o impulsador del triunfo del partido, al verdadero bien de los ciudadanos.
Nuestra enfermedad social es el egoísmo cruel y exacerbado que se impone descarada y abiertamente en algunos casos y solapadamente en otros.
Se habla de servicio al pueblo, justicia social y otras lindezas por el estilo, cuando en el fondo lo único que interesa es levantar la plataforma para ser elegido, ser líder o ser puesto en el candelero y quedar bien.
Se prefiere tener y ganar más aunque personas o familias vivan en la miseria con sueldos ruines, a ganar un poco menos para que otros vivan más dignamente.
A esto se llama egoísmo: encerrarse en sus propios intereses individualistas sin atender las necesidades y exigencias de los otros.
Egoísmo es esforzarse y trabajar constantemente para que el pequeño y ruin yo que todos llevamos dentro, se engorde vanidosamente a costa de todo y de todos.
La única regla del egoísta es: Es bueno todo lo que favorece mis intereses individuales, mi ambición y mi vanidad y malo todo lo que atente contra ello.

Es triste el espectáculo de algunas Instituciones que por su esencia y finalidad son humanitarias y de ayuda a los demás, ver que sus miembros se pelean, se calumnian, y se destruyen mutuamente aún a costa de la misma Institución a la que pertenecen, por defender cada uno su actitud egoísta, vanidosa y ruin, en perjuicio de todos aquellos a quienes deberían servir.
Quizá sea ésta la causa y la explicación de la poca eficacia de tantas Instituciones, conferencias, organizaciones, pláticas...
Quizás muchas veces no trabajamos tanto por los demás cuanto por nuestra propia honrilla vanidosa y superficial.
Quizás nos predicamos y alabamos a nosotros mismos y nos levantamos disimuladamente estatuas y monumentos en lugar de ayudar a los demás a levantarse a un grado de vida más digna.




Sí. Nuestra enfermedad puede ser este cruel y ruin egoísmo disfrazado de tantas caretas, con tantos ropajes, con tantas sutiles aparentes formas de servicio.
Se hace imperioso reexaminar nuestras verdaderas y profundas intenciones en nuestros trabajos y en nuestra vida toda.
El contagio de esta enfermedad parece que es bastante general.
En distintos grados, pero general.
Desde los más altos niveles internacionales hasta los más íntimos de la vida familiar y de amistad se detectan constantemente síntomas de esta devastadora enfermedad, causa de la mayor parte de los males que nos aquejan.
No es excuas el decir: ¿qué hago yo curándome de esta enfermedad si los demás siguen siendo egoístas?
Ya hay quienes no lo son.
Hay p0ersonas generosas, que no son esclavos del egoísmo.
Tú puedes ser uno de ellos. Y así engrosarás las filas de los que de veras quieren hacer de este mundo nuestro un mundo mucho más humano, más generoso y más feliz. No con palabras, sino con una actitud constante de su vida.
Hoy puedes unirte a los que trabajan día a día por desarraigar más y más el egoísmo de sus corazones.
Es la mejor manera de hacer un mundo mejor.
Sí. Hay personas que ya vencieron y vencen día a día la tentadora maquinación del egoísmo.
Por eso la Vida es digna de vivirse.
La sincera generosidad y el servicio desinteresado, dan luz y calor a nuestro mundo frío y calculador.
Supera la enfermedad del egoísmo.
Es lo más saludable.


Darío Lostado
(La Alegría De Ser Tú Mismo)



jueves, 14 de julio de 2011

IDENTIFICACIÓN EXTERNA

Nos identificamos frecuentemente con lo que no somos. Nos identificamos con las cosas que poseemos, con nuestro cuerpo y con nuestros estados de ánimo, sean de alegría o de tristeza.

No somos ni la alegría ni la tristeza provocadas por los estímulos externos. Somos la alegría misma, la felicidad que no necesita de estímulos exteriores.

photo by Guillem.



Si vivimos identificados con algo, dejamos de ser nosotros mismos.

Es necesario conocer los estímulos que nos provocan la alegría o algún grado de felicidad, para no apegarnos e identificarnos con ellos, ya que llegan a convertirse en un verdadero obstáculo para nuestra felicidad.


Darío Lostado
(Mensajes De Realización)


miércoles, 6 de julio de 2011

EL AMOR


El amor es la Vida.
El amor es unión e integración.
El amor humano es el sentimiento de unidad con otro ser.

El des-amor es separación y desintegración.
El des-amor es destrucción y muerte.
Toda acción y todo sentimiento que no estén regidos dirigidos e impregnados de amor, separan, destruyen y matan.

El que ama se siente uno, unificado con el ser amado.
En el que ama no existe lo mío y lo tuyo.
El que ama no busca nada en el otro.
El que ama solamente siente y desea ser uno en el otro.
El que ama, ama ante todo El Amor.
El que ama El Amor ama la unidad.
En el que ama la unidad no hay "otros" sino que él se siente en los "otros" y siente a los "otros" en él.
Todo amor a "otro" que excluya a "otros" está expuesto a la disolución y la muerte por ser un amor excluyente y por tanto deficiente.

El amor ardiente, apasionado, es amor de deseo.
El amor de deseo no es amor de unidad, sino de posesividad.
El amor de deseo existirá mientras "el otro" sea un objeto útil para la propia satisfacción. Cuando la satisfacción desaparezca surgirá el resentimiento, el olvido, el desamor y hasta el odio.

Solamente el amor al Amor, al sentimiento de unidad total y universal, es un amor que nunca falla.
Amar el Amor es amar todo cuanto existe, amar al Ser, a Dios.
Este amor al Amor es la base del amor a la pareja, al amigo, a la Naturaleza, a los familiares, las cosas... todo.
Cuando el amor a alguien no está basado e incluido en el AMOR total, aparecerán las sombras negras, las nubes grises y las tormentas destructoras provocadas por la egolatría del ego exclusivista y ruin.
El amor verdadero, creativo, generoso, integrador, luminoso, surge y brota natural y espontáneamente en nosotros, cuando llegamos a tener una conciencia clara de nosotros mismos, de lo que somos en nuestro ser profundo.
Mientras no tenemos una conciencia clara y experimentada sobre lo que somos, hemos de recurrir constantemente a los consejos y preceptos que se no dan para que nos amemos o a la conveniencia o necesidad que tenemos de amarnos. No debemos amar porque así se nos ha mandado, sino que se nos ha mandado porque ésa es nuestra misión para cumplir nuestra naturaleza y en ese cumplimiento y realización de nuestra naturaleza encontramos la paz y la felicidad.


No debemos amar porque se nos manda sino que se nos manda porque eso es lo mejor para nosotros.
El amor no puede ser impuesto. El amor es un sentimiento que debe brotar natural y espontáneamente al tener un elemental conocimiento de lo que somos, de lo que son los demás y de lo que es el Universo y Dios mismo.
Cuando tenemos una conciencia clara de nuestro Ser, lo natural es amar. Entonces no podemos dejar de amar.
La ignorancia sobre nosotros mismos es la única causa del desamor.
Cuando nos vemos y vemos al mundo con una mirada interior nos damos cuanta de que no podemos sino amar porque todo es amable, todos son dignos de nuestro amor y nos sentimos unidos y solidarios con Todo.
En cambio cuando nos miramos y miramos a los demás con la mirada raquítica y ruin de nuestro "yo" inferior, con nuestra mente distorsionada que ve enemigos y rivales por todas partes, entonces nos sentimos amenazados y ofendidos por infinitas cosas y en constantes y numerosas ocasiones.
Mientras vivamos dirigidos por nuestro "yo" inferior será imposible que sintamos la felicidad de amar y ser amados.
Todo lo que es Vida es efecto de amor.
El amor es tanto más auténtico y verdadero cuanto más expansivo y universal es.
Cuanto más limitado y reducido es el objetivo de nuestro amor, nuestra conciencia es más pequeña y miope.
En la medida en que nuestra conciencia se expande, se amplía y profundiza, también se agranda el objetivo y campo de nuestro amor y crece en la misma medida y es más auténtico y verdadero.
Cuanto más profunda y clara es mi conciencia en el conocimiento de mí mismo y del mundo que me rodea, mayor es mi sentimiento de unidad y de amor.
Todo ser vivo se mantiene con vida mientras hay unidad, compenetración, integración entre sus partes.
La muerte, por el contrario, sobreviene cuando sus partes empiezan a desintegrarse.
El amor es la vida y el desamor es la muerte.
Cuando nosotros nos sentimos más Uno, más integrados con todos y con todo, tenemos más amor y más vida.
Cuando nos aislamos y nos separamos (no física sino afectiva y tendencialmente) de los demás, menos vida tenemos, más desintegrados estamos de La Unidad, de La Vida. de Dios.
No es la compañía, la proximidad, la unión física la que constituye la integración y el amor entre las personas. Es el sentimiento profundo, sincero, que brota de la comprensión de lo que soy y lo que es el otro, el que constituye y conforma el amor.
Una piedra permanece piedra mientras la tendencia y unión de sus moléculas y átomos es lo suficientemente fuerte para mantenerse integrados y unidos unos con otros.
Nadie puede separar a dos o varios seres que se aman si su sentimiento y deseo de unidad es lo suficientemente fuerte y profundo. En la medida en que ese sentimiento está más profundamente enraizado, más durará la integración y unidad entre ellos.

Unidad, integración, vida, Amor... todo es lo mismo.
División, desintegración, desamor y muerte... es lo mismo.


Darío Lostado
(Hacia La Verdad De Ti Mismo)


viernes, 1 de julio de 2011

CAMINO DE LA VERDAD


Hay pautas que deben tenerse en cuenta para que el trabajo interior sea útil y eficaz.

Ante todo, aclararse que lo más importante de todo, es el conocimiento de sí mismo en profundidad. Saber cuál es La Verdad de ti. Qué es lo real y esencial y cuáles son las apariencias.

En segundo lugar, ten bien claro que nadie, ninguna organización, ningún libro, nada extraño a ti, te dará la iluminación o el estado de conciencia pleno y felicidad. Sólo está en ti. Y la has de encontrar tú. Si alguien te ayuda en esa tarea está bien. Pero serás tú quien la realices.



Ten cuidado de no caer en sectarismos. Existen escuelas o grupos con afán proselitista. Si hay fines espurios, ahí no puede estar La Verdad que buscas. El camino de La Verdad es simple y no complicado. Simplicidad no es superficialidad.


Darío Lostado
(Mensajes Para Elevar La Conciencia)