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domingo, 25 de agosto de 2013

¿MALA SUERTE? ¿BUENA SUERTE? ¿QUIÉN SABE?


Se cuenta que un labriego chino tenía un caballo.
Con él hacía todas las labores del campo.
Un día el caballo se escapó por las montanas.
Sus amigos se lamentaban ante el labriego: ¡Qué mala suerte!
Pero él respondía: ¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?
Un buen día el caballo volvió a casa trayendo tras sí otros caballos salvajes.
La gente decía: ¡Qué suerte!
Y el labriego: ¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?
Estaba un día el hijo del labriego domando uno de los caballos salvajes y éste lo tiró y el muchacho se rompió una pierna.
La gente decía: ¡Qué mala suerte!
Y el labriego: ¿mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?
Por aquellos días llegaron al pueblo empleados del gobierno para alistar en el ejército todos los jóvenes capaces y hábiles.
El hijo del labriego por tener la pierna rota, quedó excluido, y pudo seguir ayudando a su anciano padre.
¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?


Acostumbramos a juzgar las cosas como buenas y malas, demasiado ligeramente. La Vida es la que hace las cosas bien, cuando nosotros hacemos lo que tenemos que hacer. Nada es buena ni mala suerte. Es un mal modo de hablar y un mal modo de pensar. Lo que La Vida da y hace es lo mejor aunque no lo comprendamos.
Cuando nosotros hacemos lo que no debemos hacer o no hacemos lo que tenemos que hacer, es cuando las cosas salen mal. Cuando es La Vida la que escribe nuestra vida, la escritura es perfecta.


Darío Lostado
(Vivir Como Persona)



lunes, 19 de noviembre de 2012

LA VIDA QUE MERECE VIVIRSE


Todos queremos vivir. Pero ¿sabemos con certeza qué es vivir y para qué vivimos?

Pasamos los días tratando de comer bien, vestir elegantemente y tener más y más comodidades, pero siempre con un interno vacío y en conflicto con nosotros mismos y con los demás.

Rehuimos hasta el nombre de la muerte y corremos tras placeres pasajeros, siempre con el temor a cuestas como nuestro compañero inseparable y con el afán irreprimible de aferrarnos a las cosas que nos atan.


¿Es ésta la clase de vida que tanto deseamos?

La vida que merece vivirse ha de ser algo mucho más bello, más permanente y más gozoso.

Vivir es evolucionar y realizarse.


Darío Lostado
(Mensajes De Realización)

domingo, 6 de mayo de 2012

LA PAREJA


El ser humano está hecho para convivir con otros. Todos deseamos la compañía, la convivencia.
Pero quizás la convivencia sea el problema más común de la mayor parte de la gente.
Y entre estos problemas parece que la convivencia de la pareja sea la más problemática.
Es muy grato y consolador ver parejas que año tras año disfrutan de una plena, amorosa, comprensiva y tierna unión.
Una amable y fluida convivencia requiere que la personalidad de cada uno sea normal y equilibradamente madura.


Esto significa:


Que ambos respeten el derecho que cada persona tiene de ser uno mismo, sin obligarse a cambiar sus gustos o ideas ni manipularse en nada,
que amarse no es poseerse,
que cada uno mantenga su personalidad propia,
que cada uno renuncie a sus caprichos en bien de la unión y para complacer a su pareja,
que distingan lo que son rasgos propios de su personalidad de lo que son rarezas, manías y caprichos disfrazados,
que dialoguen con diálogo comprensivo, sin cerrazón de mente ni terquedad ciega,
que se amen no sólo por lo que son sino por lo que pueden llegar a ser,
que se digan con confianza aquellas cosas con que su relación puede mejorar, sin necesidad de imponer un modo determinado de conducta,
que ante gustos o caprichos de uno de los dos, el otro esté dispuesto a ceder espontáneamente sin dramatismos, comedias o la factura o el pagaré consiguiente,
Que respete cada uno la intimidad del otro, reconociendo el derecho que cada uno tiene de mantener una parcela privada y exclusivamente suya, sin que nadie la profane ni siguiera bajo el pretexto de que  entre nosotros no debe haber nada secreto,
que no se echen nunca en cara los sacrificios que el uno haya hecho por el otro,
que cada uno esté pendiente más que qué puedo hacer por mi pareja que qué puedo recibir,
que el compromiso por el que formaron su relación no les obliga a renunciar a ninguno de sus derechos individuales ni cederlos al otro,
que cada uno puede seguir teniendo sus propios gustos y preferencias,
que cada uno tiene derecho a tener sus propias amistades,
que mantengan una espontánea y natural delicadeza en su trato mutuo y que la confianza no se confunda con la vulgaridad y grosería,
que las pequeñas cosas a veces son importantes y deben poner atención en ellas. Pero sepan perdonárselas en caso de transgresión por parte de cualquiera de los dos,
que recuerden siempre que a pesar de su relación cada uno sigue siendo él mismo y que están unidos no porque sean indispensables el uno para el otro sino porque con su relación se están ayudando a crecer como personas, se están enriqueciendo mutuamente psíquicamente y pueden hacerse cada día más felices.

El ser humano se enriquece en la convivencia.
Si esta convivencia se tiene por un compromiso moral de vivir en pareja, conlleva mayores riesgos de conflicto. Pero también mayores posibilidades de ayudarse a realizarse humanamente y ser más felices.
Todo lo bueno tiene sus riesgos. Pero también sus recompensas.
La vida de pareja también.


Darío Lostado
(La Alegría De Ser Tú Mismo)



sábado, 24 de marzo de 2012

LA RAZÓN DE NUESTRA VIDA


He leído en algún autor famoso, que las razones de vivir han de estar forzosamente fuera de nosotros, en Alguien fuera de nosotros.

La razón de nuestra vida no está fuera de nosotros, porque ese alguien al que se refiere dicho autor está tan dentro de nosotros que es Él quien nos constituye en lo que somos.


¡Qué alegría da saber que lo más trascendente, lo que está sobre todas las cosas está constituyendo mi ser y mi vivir!

La razón de mi vida es expresar este Ser Trascendente, como la razón del rosal es dar rosas, tanto si hay alguien que las admire como si no.


Darío Lostado
(Mensajes De Alegría)


sábado, 18 de febrero de 2012

VIVIR


No llegues a la muerte inconsciente de ti.

La calidad de tu vida depende de la calidad y desarrollo de tu conciencia.

Mueren sin haber vivido, quienes no entendieron el sentido de su existencia, quienes se esfuerzan por agradar y fortalecer su personalidad olvidando su naturaleza divina más íntima.

Tales personas nunca supieron que vivir es amar, conocer la verdad de sí dentro de sí y sentirse felices consigo mismos. Atravesaron su existencia sin saber quiénes eran ni cuál era su misión.

¿Puede llamarse vida a una existencia así?


Darío Lostado
(Mensajes De Verdad)


viernes, 6 de enero de 2012

LA REALIZACIÓN EN LA VIDA DIARIA


Me decía un amigo: "Tú dices que debemos dedicarnos a encontrarnos y vivir desde la realidad interna y todas esas cosas que sueles mencionar. Pero si no me ocupo de mi trabajo y mis cosas, ¿ quién dará de comer a mi familia?
Yo le dije que me extrañaba su modo de hablar porque él se vanagloriaba de ser teóricamente por lo menos, un ferviente católico que asistía a los actos religiosos. Le recordé que el Maestro Jesús dijo muy claramente que buscáramos el reino de Dios (dentro de nosotros) y todo lo demás se nos daría por añadidura... Esa fue una de las enseñanzas básicas en la que no acabamos de creer.
Además, seguí diciéndole, no existe ninguna oposición ni incompatibilidad entre tu trabajo diario y este otro trabajo interior de investigar quién eres en el fondo de ti mismo  que yo propongo.
Más aún. Cuanto más desarrolles tu realidad interna, mejor y más conscientemente harás tu trabajo de cada día. Existe un cierto circulo vicioso. Mientras vives con esta mentalidad de que tú tienes que hacer todo, no entenderás bien que al vivir en otro nivel y con otra perspectiva, las cosas se van dando y que aquello que considerabas tan urgente y necesario no lo es tanto.
Cuando alguien ha tomado su realización personal como el trabajo más importante de su vida, La Vida, Dios hacen que las cosas se vayan dando de la manera más adecuada, si realmente tenemos confianza plena y verdadera en Dios y La Vida.
Ordinariamente la gente suele seguir la política del mono. Por una parte dicen que confían en Dios, pero no se lanzan en sus manos sino que siguen agarrando la otra rema, su trabajo, confiando más en él que en las manos de Dios.
Para realizarse no hay que dejar el propio trabajo ni ninguna otra cosa. Lo único que hay que dejar se la dependencia del trabajo y el apego a las cosas.
Cuando uno empieza a entender lo que es su propia realidad y vive desde ella, el trabajo exterior y demás actividades cotidianas siguen haciéndose pero sin apego individual, sin inquietud, sin confusión, sin alteraciones distorsionadas de la mente, del "yo" inferior que sólo confía en el poder de su actuar enervante.
Es necesario un cambio de perspectiva. La miopía del "yo" inferior impide ver y comprender que las cosas son de otra manera cuando se vive desde el plano del "yo" central.
Se da la paradoja de que mientras la mayor parte de la gente dice que desea realizarse, son muy pocos los que se deciden a vivir su realidad, su "yo" central.
La mayor parte de la gente vive desde ese "yo" inferior que es una simple estructura mental, sin realidad alguna, pero al que han dedo erróneamente solidez como si esa fuera su realidad.
Realizarse es activar o poner en acto la potencialidad que somos en el centro de nosotros mismos. Hacer realidad actual lo que es realidad potencial. En verdad todo cuanto hacemos, todo cuanto sentimos y conocemos es ya efecto de esa realidad que somos. Pero hemos de tomar conciencia clara de ello e impedir que la mente interfiera con la creación de esa estructura mental que es el "yo" inferior que distorsiona, rebaja y envilece nuestro actuar y nuestro ser.
Oímos a muchas personas decir frecuentemente que se sienten realizadas. Y es lógico que así lo sientan y digan. Al creer que son su "yo" inferior, el yo de su personalidad, cuando éste se siente gratificado y satisfecho en todos sus deseos, creen erróneamente que están cumpliendo y realizando el objetivo de su vida. Sienten la satisfacción en su yo inferior, de tener fama, éxito, cierto status social que tanto habían deseado, ciertas comodidades... Pero tarde o temprano la verdad se impone y llega el vacío de su falsa realización, la insatisfacción de fondo y la depresión.
Todo eso que habían conseguido es inestable e impermanente, está expuesto a los vaivenes de la mente y los acontecimientos fluctuantes.
No sirve el argüir: Bueno, mientras gozan y tienen eso que deseaban, se sienten realizados.
No nos engañemos y llamemos a las cosas por su nombre. La inestabilidad y precariedad de la satisfacción del "yo" inferior es tal, que son muchos más los momentos de insatisfacción, depresión y desengaño, que los momentos de insatisfacción, depresión y desengaño, que los momentos de alegría. Pero, por encima de todas las cosas, la peor desgracia es vivir alejado de la verdad de sí mismo. Y el ansia de verdad es un aguijón que no permitirá al corazón vivir en paz.
Solamente la realización verdadera, el vivir la verdad de nosotros mismos nos puede proporcionar paz y felicidad durable y consistente.
La persona humana, cada uno de nosotros no tenemos otro objetivo final en nuestra vida sino realizarnos.
Aprender a ver y discernir lo real de lo ilusorio es el comienzo de la realización.
Instalarse en lo real de sí mismo y contactar con lo Real Absoluto es la tarea más importante de la vida de cada uno.
Es muy común el pensar y creer que para realizarse y vivir internamente nuestra realidad profunda es necesario retirarse a la soledad de los monasterios o por lo menos alejarse de trajines y trabajos de la vida diaria. Y no es así.
La realización es posible para todos y en todas las circunstancias de la vida.
Es verdad que ciertos ambientes favorecen el trabajo interior. Pero también es cierto que han existido y existen en nuestro tiempo personas que se han realizado interiormente sin abandonar sus trabajos cotidianos.
Para que un barco no se hunda, no lo tendremos en tierra firme, sino que haremos que está en el mar sin que el mar lo inunda. Podemos estar entre las cosas sin que las cosas nos absorban.
No es fácil, sobre todo en estos tiempos modernos en que tanto bullicio existe en todas partes, conseguir el silencia interior en medio de los ajetreos de la vida diaria. Pero cuando uno supera estas dificultades y da un paso adelante ese paso es tan eficaz como muchos pasos dados sin tener que vencer tantos obstáculos.
Cada uno, según el grado de su aspiración y demanda interior, debe ver cómo y cuándo logra esos momentos de silencio interno, tan necesarios para vivir desde el centro de sí mismo.


Darío Lostado
(Hacia La Verdad De Ti Mismo)


domingo, 13 de noviembre de 2011

EL RESTO DE TU VIDA


Todo lo que te queda de vida comienza ahora, en este momento en que estás leyendo estas líneas.
¿Por qué no tirar por la borda de tu barco todo el lastre que arrastras de tu vida pasada?
Traes arrastrando por tu vida odios, tristezas, amarguras, recelos resentimientos...
Míralo bien. Date cuenta que todos estos sentimientos han sido tus compañeros de viaje durante un tiempo.
No los olvides simplemente.
Dales una fiesta de despedida. Es para ti una dicha poder desprenderte de estos nefastos compañeros de viaje.
Te digo que no los olvides simplemente. Es necesario tomar conciencia muy clara de que todo eso ha estado viviendo dentro de ti. Compréndelo y acéptalo. Compréndete y acéptate con todo ese bagaje que has llevado sobre tus espaldas, aunque no te guste o aunque ahora, hubieras preferido ser de otra manera.


Cuando te aceptes con todo lo que has vivido, entonces podrás comenzar hoy con otro talante a vivir el resto de tu vida.
Puedes empezar hoy el resto de tu vida con ojos nuevos, con nuevo ánimo y nuevo corazón.
Has estado conviviendo con muchos trastos viejos.
Reconócelos uno por uno.
Pero reconoce también que todos ellos pueden y deben ser sustituidos o eliminados y te sentirás más feliz.
Empieza a vivir el resto de tu vida con una rosa de alegría en los labios y un clavel de amor en el pecho.
¿Uno, dos, cinco, veinte años...? Es igual.
Lo que importa no es cuánto sino cómo vas a vivir el resto de tu vida.
Comienza ahora. No lo dejes para después.
Ahora comienza el resto de tu vida.


Darío Lostado
(Vivir Como Persona)

miércoles, 9 de noviembre de 2011

VIVIR COMO PERSONA ES...

Photo by Guillem.



Decir sí a la Vida
Desarrollar lo que soy
Movilizar y expresar mis capacidades
Vivir siempre consciente y amorosamente
Realizar en acciones concretar lo que soy por naturaleza
Dar y darme con gozo
Amar al que me ama y al que me odia
Sentirme joven hasta aun siendo viejo
Disfrutar y sentir emoción en una puesta de sol arrebolado
Sentir el beso de la brisa y de los rayos del sol
Dar pasos vivos en la calle de la vida
Levantarse después de haber caído
Sentir gozo de ser persona
Vivir cada minuto conscientemente
Escalar montaña tras montaña
Empezar a vivir cada día que amanece
Disfrutar de todo
Trabajar con alegría
Descansar con alegría
Amar con alegría
Vivir con alegría
Sentir la ausencia del amigo
Gozar el perfume del tomillo en el monte
Disfrutar la nieve blando bajo los pies
Sentir anhelo de volar como el águila
Vivir después de muerto



Darío Lostado
(Vivir Como Persona)


domingo, 2 de octubre de 2011

REALIZACIÓN


Todos tenemos algún trabajo determinado que hacer en nuestra vida. Pero son muy diversas las maneras de trabajar.
Muchos trabajan, muy a su pesar, por sobrevivir.
Otros, por el noble empeño de mantener a su familia, de la que se sienten responsables.
Otros lo hacen por ganar más y más y poder adquirir posesiones para tener un mejor nivel económico y social.
Otros trabajan por amor propio, para tener éxito en la vida y sentirse gratificados por la admiración de la gente.
Por fin, algunos trabajan para realizarse como personas, conscientes de su capacidad creadora. Estos no necesitan ninguna gratificación exterior. Sólo buscan actualizar sus potencialidades como personas.





Darío Lostado
(Mensajes de realización)


lunes, 26 de septiembre de 2011

VIVIMOS DORMIDOS


"Ya es hora de despertar del sueño", dice la Biblia.

Vivimos ordinariamente dormidos, sin conciencia clara de qué somos, dónde estamos, qué hacemos, por qué hacemos lo que hacemos, por qué sentimos lo que sentemos, qué sentido tiene para nosotros el vivir o el no vivir...

Vivimos generalmente empujados, arrastrados por el instinto y voluntad ciega, natural y espontánea de vivir, pero prácticamente inconscientes, muy poco despiertos.

Vivimos sin conciencia clara de quién es el que vive detrás de esas apariencias de este cuerpo, quién es el que está viviendo dentro y detrás de esa carne, y esos huesos que componen nuestro cuerpo.

Vivimos sin conciencia clara de quién es el que alberga esos pensamientos, esos conocimientos, esas habilidades de trabajar, de jugar, de desarrollarse y desenvolverse en la vida...

Vivimos sin conciencia clara de quién es el que está afectado por esos sentimientos agradables o desagradables que nos ponen alegres o tristes en cada momento, quién es ese que sufre o se alegra, ese que se preocupa, que se impacienta, que se atemoriza, que duda, llora, canta, ríe, goza...

Vivimos sin tener clara conciencia de quién y qué es ese "Yo" sujeto activo, que es el que realmente vive detrás de la vestimenta, detrás del cuerpo de carne, huesos, ojos, cerebro, órganos interno con sus células, moléculas y átomos.

Y si no sabemos quién es el que piensa en nosotros, quién es el que siente, el que se mueve, el que vive en nosotros, ¿qué podremos saber con una cierta garantía de certeza?

Si yo no conozco lo más próximo a mí mismo, si no conozco al que conoce, ¡cómo podré conocer las cosas que me rodean? ¿cómo me atrevo a hacer afirmaciones sobre lo que perciben mis sentidos? ¿podré conocer a esos otros a los que llamo personas, que son lo que yo soy, si no sé quién soy yo, que supuestamente es la persona que está conociendo? ¿podré conocer a ese Ser que llamo Dios y en quien supuestamente creo y del que digo que es el Ser más importante, el más grande, el más poderoso, el más sabio, el más bueno, el absolutamente prefecto, si no conozco a este otro ser pequeño cercano que soy yo mismo?

¿No será todo eso una simple afirmación sin sentido que repito sin verdadero conocimiento, sino como una cinta grabada que reproduce y repite lo que ha sido grabado en ella sin tener conocimiento de lo que significa y de lo que expresa?

El camino hacia lo Universal empieza en lo individual.

El camino hacia afuera empieza adentro.

El camino hacia los demás empieza en sí mismo.

El Camino hacia las cosas (que es la ciencia) empieza en el conocimiento de sí mismo(que es el sabiduría)

La comprensión del mundo, de los acontecimientos... de Dios, tiene necesariamente su origen y base en la comprensión de sí mismo, en el acontecimiento de conocerse a sí mismo, el sujeto que comprende y conoce.

Cuando me desconozco a mí mismo, es imposible que pueda conocer a los otros.

Cuando no tengo una auténtica aceptación de mí mismo, es imposible pretender aceptar a los demás.

Photo by Guillem.


Por más que me proponga y me imponga aceptar a las personas que me rodean, será un esfuerzo vano y de resultados muy momentáneos, mientras no comience por aceptarme a mí mismo, real y efectivamente, tal como soy, en lo que me veo como bueno y en lo que me veo como malo.

Solemos vivir preocupados y atormentados porque nos cuesta aceptar a ciertas personas.

Nos damos cuenta de que las circunstancias nos imponen el trato con esas personas que no nos caen bien. Nos proponemos no hablar mal de ellas y hasta tener buenos sentimientos y actitudes con ellas. A veces hasta es posible que consigamos en un momento determinado, ser amables con esas personas. Pero pronto volvemos a nuestra actitud de rechazo.

La explicación de esa conducta radica en que no empezamos por donde debemos empezar.

Haz que empezar por una aceptación clara, consciente y sincera de nosotros mismos, de ese que ve, piensa, siente, vive, que llamo "yo".

Nos daremos cuenta entonces de que nuestro comportamiento es como nosotros no quisiéramos que fuera. Nos daremos cuenta de que una cosa es lo que nosotros queremos o quisiéramos hacer y otra lo que realmente hacemos.

Aún admitiendo esa diferencia y a veces contradicción, entre lo que queremos y lo que hacemos, hemos de aceptar que así es y así hemos de aceptarnos.

No se consigue nada queriendo dar explicaciones, buscando los motivos y las causas de ese modo incoherente o contradictorio de comportamiento.

No se consigue nada queriendo dar explicaciones, buscando los motivos y las causas de ese modo incoherente o contradictorio de comportamiento.

Lo únicamente eficaz es aceptar los hechos tal cual son, aceptar nuestro comportamiento como es y ser muy claramente conscientes de cómo somos y cómo quisiéramos ser, evitando los intentos inútiles de justificarse y eximirse de responsabilidades.

Frecuentemente jugamos a ser buenos.

A veces ni siquiera jugamos a ser buenos sino a tener buenas intenciones de ser buenos.

Con las buenas intenciones nos quedamos ya satisfechos como si "el intentar" fuera "realizar" y el decir fuera hacer. Y así seguimos dormidos en los laureles del engaño.

Solamente el aceptar la verdad tal cual es, nos liberará del error de creer que el sueño es la realidad y que el decir es hacer.


Darío Lostado
(Hacia La Verdad De Ti Mismo)




sábado, 24 de septiembre de 2011

ESTAR EMPAPADO DE AMOR


No todos podemos ser millonarios en dinero. Pero todos podemos vivir empapados de amor.
Me de miedo hablar o escribir sobre esta palabra tan maltratada, tan desgastada, ajada, manoseada, profanada.
Pero ésta es la primera y última palabra del Universo. Por amor existo.
Por amor vivo.
Por amor se hizo el mundo, se conserva y se mantiene.
Por amor hay niños.
Por amor hay familias.
Por amor hay sociedad.
Por amor existe todo.
Y yo, el mundo, los niños y la sociedad andamos mal cuando el amor se resiente, flaquea o desaparece.
Sólo nos comportamos mal, como malos, por inconsciencia e ignorancia.
Inconsciencia e ignorancia de que la disminución de amor en mí hacia mí mismo, los demás y el mundo, es mi propia autodestrucción.
Allí donde hay amor hay armonía y felicidad.
En criterio del mundo de nuestros días, todo se consigue con dinero.
Quizás casi todo.
Menos la felicidad.
La felicidad sólo está allí donde hay amor.


Se dice que el dinero no da la felicidad pero ayuda a conseguirla.
Solamente eso es verdad cuando no se tiene lo indispensable para vivir. Entonces el dinero es un medio e instrumento necesario para subsistir. No para ser feliz subsistiendo simplemente.
La fuente y causa de la felicidad sólo se halla en el amor. En el amor activo que yo tengo. No en el pasivo.
La felicidad no está en ser amado sino en amar.
Muchos son infelices por no ser amados, quizás. Es propio de los niños y de las personalidades infantiles. Ellos, los niños sólo deben ser amados. Aprenderán a amar solamente cuando sean amados y lo sean tierna y profundamente.
Muchas personas a quienes les cuesta mucho amar, es porque fueron de niños poco amados.
Muchos son infelices a pesar de ser amados porque ellos no aman. Incluso pueden ser más infelices que si no fueran amados porque al no responder amorosamente al amor que reciben, sienten un mayor vacío, una mayor angustia al verse sin frutos, sin sus verdaderos frutos, sin el fruto propio del ser humano que es amar.
Son árboles bien regados y abonados que no dan fruto.
Dondequiera que exista una chispa de alegría verdadera existirá que el amor.
Dondequiera que existan sentimientos fuertes, fecundos, vivificadores, allí existirá amor.
Todos conocemos personas con salud, belleza, dinero, fama, confort..., que no son felices.
Algunos tienen la sinceridad de confesarlo.
Conocí en una ocasión un muchacho de 15 años, muy inteligente. Un verdadero fenómeno de inteligencia de la naturaleza. Había escrito ya varios libros. Daba conferencias por las Universidades. Tenía el título de Doctor honoris causa por alguna Universidad. Tenía dinero... Pero vivía triste. No deseaba vivir.
A aquel cerebro privilegiado para conocer y saber, le faltó saber una cosa sencilla: Que el hombre sólo es feliz cuando ama. Que el que es capaz de amar es feliz.
No todos pueden ser millonarios en dinero.
Pero todos podemos vivir empapados de amor.
No depende de nadie.
Sólo de ti. De cada uno de nosotros.
Ni depende de ser correspondidos en el propio amor.
Eso es lo mejor y suele ser lo normal cuando se ama bien. El que ama sólo si le aman, ya no ama bien. Y es muy probable que pronto deje de amar.
El que se cansa de amar porque no le corresponden, no amó de verdad.
El que ama en tanto en cuanto le aman es un calculador. No un amador.
El que pone condiciones para amar, nunca amará.
El que ama con celos, ama desde el cerco, la periferia del amor. No desde el centro del amor.
El que se queja ante la persona amada, de los sacrificios que ha hecho por ella, nunca la amó de verdad.
El que ama sólo porque la otra persona le gusta, le agrada, es un sensual hedonista. No un amador.
El que impide que su persona amada se desarrolle como persona en su capacidad y dimensión de amor generoso y universal, No la ama de verdad.
El ser humano sólo es feliz con amor y por amor.
El que está empapado de amor verdadero, siempre tendrá una razón para ser feliz. Porque él está dando sus frutos, sus verdaderos frutos.


El que ama generosamente y de verdad puede sentir el no ser correspondido.
Pero el sufrimiento más profundo para el que ama de verdad consiste en ver que la persona amada no recibe su amor y no desarrolla su capacidad amorosa y por tanto no podrá ser feliz.
Cuando tú amas a una persona y ésta no hace lo que realmente la hará feliz, tú sufres porque quieres con tu amor hacia ella que reaccione y también ella ame.
El amador egoísta busca siempre solamente la correspondencia a su amor.
El amador de verdad quiere que su amor despierte en la persona amada también amor, porque es su mayor bien y el único camino de felicidad.
Si el amador es también amado por la persona a quien él ama se sentirá completamente dichoso.
Pero su objetivo al amar no es principalmente ser amado sino que la otra persona crezca desarrollando su capacidad de amar.
Es muy lógico y lícito desear ser correspondido en el amor. Y suele ser un gran sufrimiento la falta de correspondencia amorosa.
Pero el que ama de veras, ama sin condiciones de correspondencia. Ama porque siente que debe amar.
El que deja de amar cuando cree que no es correspondido, no amaba tanto a la otra persona cuanto a sí mismo.
Cuando el que ama es correspondido tiene tres satisfacciones: la de amar, la de ser amado y la de ver que la persona que él ama hace lo mejor que puede y debe hacer: amar.
Cuando el que ama no es correspondido, no tiene la satisfacción humana de ser amado y correspondido. Pero tiene la satisfacción de amar y ver que la persona amada recibe su amor y se moviliza su capacidad amorosa.
Si el que ama no es correspondido y además ve que la persona amada rechaza su amor y se cierra en sí misma sin desarrollar su capacidad amorosa, el amador tiene el mayor sufrimiento de amor.
El día que veamos que nuestra satisfacción intima y felicidad profunda está en relación directa con nuestro grado de amor, sentiremos el deseo de estar empapados de amor.
El mundo estará mejor cuando sus habitantes se empapen de amor. No cuando hay mucha producción solamente.
Tarde o temprano el mundo será de quienes amen.
Si quieres hacer algo útil por el mundo, por tu familia, por ti, empápate de amor.


Darío Lostado
(La Alegría De Ser Tú Mismo)




lunes, 14 de febrero de 2011

EL SUEÑO DE LA MARIPOSA


Se cuenta que el maestro chino Chuang Tsé, tuvo una noche un sueño.
Soñaba que era una mariposa que volaba de flor en flor.
Era feliz volando por el campo entre las flores.
A la mañana siguiente sus discípulos lo encontraron triste y pensativo.
Le preguntaron: ¿Qué le pasa, maestro?
Y él respondió: Estoy muy preocupado, tengo un grave problema.
Esta noche he soñado que era una mariposa. Estoy preocupado.
Los discípulos le replicaron: Eso fue un sueño.
¿Por qué va a preocuparle el soñar que era una mariposa?
Ese es mi gran problema, dijo Chuang Tsé.
Ahora no sé si Chuang Tsé soñó que era una mariposa o si una mariposa que está posada sobre una flor está soñando que ella es Chuang Tsé.


Los sueños nocturnos son sueños dentro de otro sueño que nos aparece más real. Pero sueño, al fin.
El Poeta no puso en boca del príncipe solitario solamente como recurso poético aquellas palabras de "que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son". Eso no es sólo poesía.

Casi todos hemos tenido en algún momento y algunos bastante frecuentemente, la sensación de no saber en un momento determinado si estamos viviendo algo real o algo imaginario. Es como si se sintiera que lo que estamos viviendo en ese momento es ilusorio. Este sueño que soñamos parece real. A veces resulta triste y doloroso. Otras agradable y dulce.

Tal como vivimos, ¿Vivimos la realidad o vivimos un sueño?


Darío Lostado
(Vivir Como Persona)


domingo, 6 de febrero de 2011

SER UNO MISMO


Cada uno tiene una idea y un juicio sobre sí mismo. Pero la idea que muchos tienen sobre sí, se la han formado en gran parte, por la idea o el concepto que los demás tienen sobre ellos.
Si son alabados, aplaudidos y elogiados, se forman una alta idea sobre sí mismos. Si por el contrario, son menospreciados, olvidados y criticados, llegan a pensar que valen poco. Es decir que su valía, su importancia está dependiendo del juicio cambiante y voluble de los demás. El aprecio que tienen de sí mismos fluctúa y está en función del aprecio que les tengan los demás.

Pero mi voz me dice:

Si fueras consciente de lo que eres en ti mismo y por ti mismo, los juicios de los demás los verías como lo que son: simples y parciales apreciaciones personales.
Tú no eres ni lo que piensan los demás, ni siquiera lo que tú piensas que eres.
Cuando te sientes mal porque los demás te ven mal es señal que no estás viviendo por ti sino por el juicio de los otros. Eso es vivir alienado, extraño a ti mismo.


Tú puedes verte y sentirte por ti mismo. No te veas y te sientas por lo que los demás ven y sienten de ti.
¿Cómo es posible que en tantas cosas quieras ser primero y antes que los demás y en el conocimiento de ti mismo, vayas a remolque de todos ellos?
Ten presente que eres en el fondo de ti mismo mucho más de lo que crees que eres y también más de lo que los otros creen. Cuando te identifiques con tu verdadera realidad, lo sentirás por ti mismo y te sentirás feliz sin orgullo y sin comparación con nadie. Porque sabrás que los otros también son como tú.


Darío Lostado
(...Pero Mi Voz Me Dice...)


martes, 28 de diciembre de 2010

LO QUE ERES


Tu vocación como persona, no es triunfar en los negocios, sobresalir en la vida social, tener éxito y obtener aplausos y alabanzas, o tener un cuerpo fuerte o bello...

Tu vocación y misión como persona es llegar a vivir el ser esencial, la Realidad que tú eres y hacer realidad en tu existencia temporal todas las capacidades y potencialidades que tienes en tu naturaleza.


Como ser consciente, has de darte cuenta de lo que ya eres, sin necesidad de fantasear con lo que aspiras a ser.

Cuando intuyas o veas LO QUE ERES, a muchos de tus deseos y proyectos los verás insignificantes y triviales y tu corazón rebosará de gozo por tu plenitud.


Darío Lostado
(Mensajes de realidad)


lunes, 1 de noviembre de 2010

VALORA LO QUE TIENES


Es un joven de veinticuatro años.

Hace poco tiempo, el tren le cortó las dos piernas. La ciencia médica logró reimplantárselas.

Cuando recién daba los primeros pasos, alguien le preguntó cómo se sentía. Y él dijo:

"Me siento la persona más feliz del mundo".


¿Por qué hemos de esperar a perder las cosas, los dones que tenemos, para saber valorarlos?

¿Por qué cada día, cada instante, no nos sentimos contentos y felices con lo que somos y tenemos, si es tan poco lo que necesitamos para vivir y amar profundamente?



Photo by Guillem



Hoy puedes hacer mucho por ti.

Hoy puedes hacer también mucho por los demás.


Si eres consciente de ti y comprendes y amas a los demás, la rutina de tu trabajo diario se convertirá en una nueva y gozosa aventura.


Valora lo que eres, lo que tienes y lo que haces.


Darío Lostado
(Atrévete A Ser Libre)


miércoles, 13 de octubre de 2010

VIVIR AQUÍ Y AHORA


Son muchos los que viven, sueñan y trabajan para un futuro que quizá ni llegue, y si llega, no será como ellos lo están ahora proyectando.

La previsión y la prudencia, como ellos la llaman, les impide vivir el aquí y el ahora con toda su conciencia.

Se olvidan que es hoy el único tiempo que tienen.

Cada uno tiene únicamente el día y momento presente.

Tú estás ahora con el tiempo que te toca vivir en tus manos y toda tu existencia está aquí, ahora. Estás en estos minutos contigo mismo. Cada momento es toda tu existencia. Vivir inconscientemente es lo más sabio que puedes hacer. Tu sentido común te dirá cuales son esas pocas previsiones que debes programar para el futuro, entre tus necesidades existenciales.





Darío Lostado
(Mensajes De Realización)


jueves, 23 de septiembre de 2010

LA CIENCIA DEL "SE DICE..."



Sé sincero contigo mismo.
Observa tus pensamientos, observa tus juicios, observa incluso tus gustos. Verás que nada es tuyo.
Si quitas de tí, de tu mente, todo lo que "te han dicho", lo que "te han enseñado", todo lo que te han dicho que debes creer, pensar, preferir, hacer, sentir...
Si quitas todo aquello que piensas y sientes "porque te lo han metido en tu cabeza" y en "tu mente", ¡qué te queda?
Sé sincero contigo mismo. Mira cuántas ideas, pensamientos, convicciones hay en tí que sean fruto de tu visión propia, de tu percepción personal, de tu propia intuición.
Verás que casi todo lo que piensas, lo que sientes, lo que prefieres y deseas te ha sido impuesto de una manera o de otra, en un momento u otro de tu vida. Casi nada es tuyo. Casi nada ha sido adquirido por tu propia elección libre y espontáneamente por ti.
Lo más grave de todo es que entre todas esas ideas que nos han sido impuestas hay una que hemos llegado a adoptar que es la más importante de nuestra vida y es la idea acerca de nosotros mismos.
Desde niños nos han dicho nuestros padres y educadores: tú eres malo, no sirves para nada, eres tonto, eres un inútil... Y aquello que nos dijeron nuestros padres y educadores quedó en nosotros grabado como un dogma, como una verdad irrefutable, como algo indiscutible y taxativamente cierto. Nosotros pensábamos entonces: yo sólo valgo si soy muy obediente y me someto a todo lo que quieren de mí. Es decir, yo sólo valgo por lo bueno que hago, pero no valgo nada por mí mismo. Yo soy poca cosa. Lo único que tiene importancia es lo que piensen los demás de mí.
Así fuimos creciendo con el concepto de que la valoración de nosotros mismos no se fundamentaba en nuestro propio ser y naturaleza sino en la idea que los demás y nosotros teníamos acerca de nosotros mismos.

Lo mismo ha ido ocurriendo cuando hemos sido mayores. Hemos aceptado ciertos postulados, ciertos principios, ciertas frases, ciertas ideas porque todo el mundo las admite o por la autoridad de alguna persona importante o de cierta autoridad ante nosotros.
Nos hemos ido alimentando de la ciencia del "se dice", olvidando o despreciando la sabiduría del "yo veo", "yo intuyo", "yo sé", " mi voz interior me dice"...
Esa voz interior es más valiosa que todos los "se dice" juntos. Es necesario ver, mirar, juzgar, sentir, opinar, pensar y saber por nosotros mismos.
Las opiniones y pensamientos de los demás pueden ser muy valiosos para ellos si realmente son de ellos. Y para mí serán valiosos cuando yo los vea, los sienta, cuando sean realmente míos.
Solemos vivir de prestado.
Vivimos con ideas ajenas, heredadas, prestadas.
Vivimos como los niños que no saben andar sin andaderas, apoyándonos permanentemente en ideas, opiniones gustos, pareceres o juicios de otros.
Vivimos de estereotipos siempre repitiendo las mismas cancioncitas. Repetimos frases o pensamientos de personajes famosos o no tan famosos y los damos sin más como válidos.
Vivimos alienados como si fuéramos incapaces de pensar, hablar, juzgar, sentir, ver y vivir por nosotros mismos.
Necesitamos urgentemente una revisión y saber qué es lo que nuestra voz interior nos dice. Es la auténtica autoridad para nosotros.
Observa tu modo de pensar y hablar. Observa cómo te atas a giros y vocablos. Observa cómo te esfuerzas en convencer a otros de ciertos sinsentidos que mantienes por costumbre, por autoridad ajena, por interés o por miedo a quedarte fuera del rebaño de quienes piensan así. Observa tus frases y palabras estereotipadas, rutinariamente repetidas, ciegamente aprendidas en algún librito o de algún maestrito... Oye y ve que tu voz es un simple eco de voces y palabras de otros. ¿Qué encuentras en ti verdaderamente tuyo?
De todo lo que crees, piensas, opinas, hablas... ¿qué hay que sea verdaderamente tuyo? ¿qué hay en todo ello que sea fruto de tu visión personal, de tu visión directa y convicción interior?
Sientes temor por las amenazas que has recibido desde tu niñez de que debes ser dócil y debes aceptar lo que te dicen y enseñan otros que tienen autoridad.
Es cierto que el conocimiento intelectual, científico y experimental de algunas personas es mayor que el tuyo y merece todo respeto. Pero en lo que respecta a la sabiduría, al sentido de tu vida, al formarte opinión de las cosas y de los acontecimientos, tú tienes tanta capacidad como los demás para mirar, ver y sentir por tí mismo. Lo que necesitas realmente es aprender a ver por ti mismo y a oír tu voz interior.
Tu voz interior no es lo que dice tu mente. La mente únicamente repite lo que ve y oye de fuera.
Tu voz interior no es inferior a la de ninguna otra persona por encumbrada que ella esté en algún puesto de autoridad.
El que ES La Inteligencia y La Verdad te dotó a ti como a todos los demás seres humanos de la misma capacidad de Ver y conocer la Verdad de la Sabiduría. ¿Por qué confías más en lo que otros te dicen que en lo que te dice el Creador que te dio la inteligencia que eres?
Cuando dejes de pensar con y por los condicionamientos y contenidos mentales que has recibido de fuera y mires y veas por ti mismo, por lo que tú eres como inteligencia interna, entonces podrás sentirte tú, y verás y sentirás que dentro de ti está la Verdad.
Muchas personas mantienen ciertas creencias por intereses de conveniencia, por tradiciones familiares, por motivos autoritarios o sociales. En tales casos es imposible llegar a conocer y saborear La Verdad.

Libérate de todos los motivos "interesados" por los que piensas y crees esto o aquello. Libérate del miedo a quedarte solo con "tus" creencias propias y auténticas. Libérate de la necesidad y obligación que has sentido siempre desde tu niñez de pensar y creer de una determinada manera... y empezarás a sentir y gozar el aire fresco y puro de la libertad a la que fuiste destinado por el Creador que sabe muy bien lo que hace y te hizo consciente, inteligente y libre.
Mi voz me dice que no debes aceptar nada de lo que te digo, si tú no lo ves. Como tampoco debes aceptar lo que otros te han dicho si no lo ves por ti mismo.
Mi voz me dice que sólo debes aceptar lo que tu voz te dice. Pero solamente oirás lo que tu voz te dice, cuando tu mente esté libre de condicionamientos previos mentales y cuando tu corazón está limpio de intereses y conveniencias personales y de absurdos temores infantiles esclavizantes.
No creas en mí. Cree en ti.
No me creas a mí. Créete a ti.
No creas en mi voz. Cree en tu voz.
Cuando oigas lo que mi voz me dice, escucha tu propia voz. Tu voz y la mía son la misma voz. Lo que tu voz te diga será lo válido, cierto y verdadero. Digo "lo que tu voz te diga". No lo que digan las ideas que tienes ahora enmarañando tu mente. Digo "lo que tu voz interior te diga" cuando hayas logrado deshacerte de las ideas enraizadas en tu mente y los sutiles y ocultos motivos interesados de tu voluntad y tu ego.
Mi voz no te propone ni impone doctrina o ideología alguna. Mi voz me dice y te dice que vacíes tu mente de contenidos condicionantes para que quedes limpio y seas libre para ver con ojos puros e inocentes, pienses con mente descondicionada y sientas y vivas la verdadera y auténtida libertad interior.


Darío Lostado
(...Pero Mi Voz Me Dice...)



martes, 21 de septiembre de 2010

BUSCAR COMPENSACIONES


Era una mujer culta.
Aparentemente no le faltaba apenas nada en la vida. Pero no se sentía satisfecha.
Es posible que algún psicoterapia le hubiera preguntando por su relación sexual con su marido, queriendo encontrar ahí la causa de su insatisfacción.
Había venido a un ciclo de conferencias que yo daba y un día me expuso su preocupación.
Es que casi todo lo que deseo me sale mal, me dijo.
Aunque le saliera bien o como usted desea, porque a eso lo llama bien, tampoco se sentiría muy feliz, le dije.
Claro que me sentiría feliz si se cumplieran mis deseos, me replicó.

-Los deseos son inagotables. Cuando cree haber satisfecho uno, aparece otro esperando ser cumplidamente satisfecho también. Le digo más todavía. Cuantos más deseos alberque en su corazón, tanto sean satisfechos o no, estará usted más lejos de su verdadera paz y tranquilidad interior.

-¿Qué quiere usted decir, que no debo desear nada?

-Más o menos eso intento decirle.

-Por eso le dije que eso era "más o menos" lo que quería decirle, porque sabía que no me iba a entender bien. Está claro que para dar un paso hay que desear darlo. Pero creo que cuando usted me decía que casi todo lo que desea le sale mal, se refería a otra clase de deseos. Nos referimos a los deseos condicionantes compulsivos, a la adquisición de cosas y objetivos obsesivos.

-¿Usted quiere decir que no debo desear tener nada?

-Todo lo que deseamos tener o poseer es porque necesitamos una compensación por algo que nos falta. Y lo curioso es que eso que nos falta que es lo más necesario es lo último que intentamos conseguir.

-¿qué es eso que tanta importancia tiene?

-El único deseo que puede aquietarnos es el deseo de ser.

-Pero ¿cómo voy a desear una cosa que ya la tengo?
Porque yo ya soy.

-Cuando uno tiene un enorme tesoro en piedras preciosas pero no sabe cuánto valen, ni qué son, de poco le sirve saber que tiene una bolsa de piedras. Es posible que las use para cazar con ellas pajarillos. Usted ya tiene el ser, ya es. Pero no sabe qué es ese ser en usted.


Con todos los demás deseos queremos llenar y compensar el vacío que sentimos al no vivir nuestro ser.
En psicología hablamos del complejo de compensación. Es un recurso muy frecuente en todos los aspectos de la vida. El muchacho que es enclenque o poco apto para el deporte trata de compensarlo siendo sobresaliente en los estudios. O al contrario. La mujer que es fea y no puede competir con las más guapas y bellas trata de compensarlo con alguna habilidad o vistiendo llamativamente o pintándose exageradamente. El hombre que fracasa en los negocios puede buscar numerosas compensaciones. A veces hasta se acogen a una vida religiosa o de cualquier tipo parecido.
Muchas personas que vienen a estas conferencias lo que buscan ante todo es llenar su mente con ideas elevadas para compensar el vacío que sienten interiormente o bien por ciertos deseos frustrados o por no ser lo que deben ser.
Todos los deseos de poseer algo son en el fondo la compensación por la falta de ser, por no ser conscientes que SOMOS y de LO QUE SOMOS.
Cuando deseamos algo y lo conseguimos, sentimos de momento una cierta satisfacción. Pero no suele ser muy durable. Pronto sentimos que aquello ya pasó y es necesario seguir jugando al juego de los deseos.

-Mire, me dijo, cuando me iba a casar parecía que aquel deseo por sí solo sería capaz de hacerme feliz por toda mi vida. Tengo un marido excelente. Mis relaciones, incluso las sexuales son normales y casi perfectas, Pero de vez en cuando me sorprendo a mí misma pensando por qué lo que pensaba antes de casarme, siendo así que ya lo poseo, no ha hecho que me sienta completamente feliz y no tenga que desear nada más. Porque si tengo lo que deseaba y deseo ¿por qué tengo que estar constantemente deseando más y más cosas que son las que le decía al principio que siempre me salen mal? Por eso creo que le entiendo lo que ha estado diciéndo. Yo he querido que mis hijos fueran de esta manera o de la otra, he querido que tuvieran tales o cuales amigos o amigas y casi nunca han salido las cosas como y deseaba.

-Si usted, le interrumpí, hubiera deseado para sus hijos que ante todo supieran ser ellos mismos antes que ser tal cosa o tal otra no se hubiera visto defraudada tanto en su vida. Es lo mismo que nos asa en nuestra propia vida. Si en lugar de esforzarnos tanto por ser esto o aquello, nos ocupáramos ante todo por SER y saber lo que somos, nos hubiéramos evitado muchos sufrimientos y no hubiéramos perdido el tiempo tras tantos falsos espejismos. Como no deseamos lo único realmente deseable y como sentimos el vacío de lo que únicamente puede llenarlo y satisfacernos, vamos buscando compensaciones con un deseo tras otro. Las compensaciones nunca pueden suplir eficazmente el vacío fundamental. El afán por satisfacer los deseos compensatorios va ocupando y entreteniendo nuestra vida y aparentemente nos sentimos como si realmente nuestra vida estuviera llena, colmada. Si se le pregunta a una de esas personas que están todo el día sin un minuto de tiempo para nada, dirán que su vida es plena. Pero en un momento u otro se dan o se darán cuenta que si no son ellos mismos auténticamente libres y conscientes de lo que hacen , sentirán el hastío al ver los objetivos engañosos por los que se han desvivido.


Darío Lostado
(Vivir Como Persona)


martes, 31 de agosto de 2010

¿LO MATERIAL OPUESTO A ESPIRITUAL?


Me decía en una ocasión una señora: Ustedes las personas espirituales...

Yo la corté inmediatamente y le dije: Señora, no hay personas espirituales y otras no espirituales. Hay maneras de vivir las cosas con espíritu o actitud desde el fondo de sí mismo o desde la periferia de nosotros mismos. Pero todos somos lo mismo como personas. Lo que distingue a unas personas de otras es la actitud interna con que se vive la vida o se hacen las cosas.

Existe ciertamente un problema que afecta a la mayor parte de la gente en esa dicotomía creada entre lo espiritual y lo material.

Por una parte vivimos inmersos en un mundo en el que necesitamos de ciertas cosas materiales y por otra sentimos que algo nos está reclamando la atención y la vida, hacia unos valores superiores.

La causa de esta oposición de fuerzas está en nuestra formación. Se nos enseñó que para ser buenos hemos de renunciar a las cosas materiales. Y así se originó esa lucha interna.

Por una parte la persona quiere desarrollarse y realizarse a través de la lucha por conseguir ciertos objetivos terrestres o materiales. Pero dentro, están resonando las enseñanzas recibidas de que hay que tender hacia objetivos más espirituales.

Ante este dilema la mayor parte de la gente toma un camino neutro de pacificación en el conflicto.

Por una parte estas personas tratan de ocuparse para lograr una vida material cómoda para sí y los suyos y por otra se adhieren a ideologías y prácticas más o menos espirituales con lo que tranquilizan su inquietud. Siguen la política del mono: mientras quedan agarrados a una rama con la cola, agarran otra rama con las manos. Es la tendencia a la seguridad.

Pero cuando la persona trata de buscar verdadera explicación y solución a su problema no queda tranquila con esta solución media o mediocre.

Las personas que buscan la solución verdadera siguen preguntándose por qué ha de haber oposición entre lo que llaman material y lo que llaman espiritual. Cómo es posible que la Vida que es Una, esté o tenga que estar dividida en nosotros, en la práctica diaria.

Porque la verdad es que no hay una vida espiritual y otra material. No. No puede ser.




Lo que ocurre es que la Vida aparece dividida en muchas facetas o aspectos cuando yo me sitúo en una sola parte de ella identificado y encerrado en una parcela determinada. Es por tanto mi mente o mi mirada la que provoca esa aparente división de la Vida. Si la viviéramos desde el centro mismo veríamos que no hay alto ni bajo, bueno o malo, derecha o izquierda.

Es lo que nos ocurre con nuestros antípodas. Si a mí me dicen dónde está el cielo señalo arriba, el espacio encima de mi cabeza. Si se lo preguntan a mi antípoda que vive en la parte opuesta del planeta señalará también arriba de su cabeza que es precisamente lo opuesto a lo que era arriba para mí. Si en cambio nos colocáramos en el centro de la tierra no habría arriba ni abajo.

La solución por tanto estaría en ver la vida en toda su complejidad desde el centro de ella misma. Y para colocarnos en el centro no hay otro camino sino VIVIR, VIVENCIAR la Vida no desde una ideología determinada sino en sí misma, VIENDO que todo es expresión de la misma y única Vida pero que la calificación es de la mente individual de cada uno que ha creado valores y nombres a los distintos aspectos de la Vida.

Vivimos tan identificados con nuestro cuerpo, con nuestras cosas, con nuestro prestigio, que hemos llegado a creer que cuanto mejor se vea nuestro cuerpo, más cosas y más prestigio tengamos, somo más, valemos más. Y así nos lanzamos a la conquista de cosas y más cosas, de valorar nuestra apariencia física por encima de todo y llegamos a esclavizarnos de todo ese mundo exterior y material. Pero no es que esas cosas sean en sí malas. La que es mala es nuestra actitud obsesiva de tener y poseer. Todas esas cosas que llamamos materiales son la corteza que contiene el fruto. Pero son necesarias. Son fruto también. Cama el árbol, como las ramas puesto que todo forma una unidad y no existe lo uno sin lo otro.

Todos somos espirituales en lo que somos interiormente y todos somos materiales por el cuerpo en que vivimos y las necesidades que éste tiene.

Pero el que la vida de una sea espiritual, no consiste en las cosas que se realizan sino en la actitud y en el nivel desde el que se realizan.

Tan espiritual puede ser el labrar la tierra, fregar los platos o escribir a máquina como el estar en oración íntima con Dios. Porque todo lo otro puede y debe ser un acto de oración o identificación con LA VIDA o Dios si se hace desde lo más íntimo de un mismo y con lo mejor de uno mismo.

Lo que da calidad o altura a nuestras acciones no es el objeto mismo de la acción sino la calidad o el nivel desde el que actúa el sujeto de la acción.

Cuando Dios crea o mantiene en el ser a un escarabajo es igualmente divino que cuando crea una rosa o un ser angelical.

Si aprendiéramos a ver y vivir desde el fondo de la Vida misma no existirían tantos conflictos inútiles en nuestra concepción de las cosas, de nuestros actos y de la vida.




Todo es Vida y la Vida es UNA.

Las divisiones son producto de nuestra mente.

Si vivimos desde esa Vida Una y no tanto conducidos por las parcelas divisorias de nuestra mente, eliminaremos muchos conflictos surgidos por lo que creemos material o espiritual.


Darío Lostado
(Vivir Como Persona)