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lunes, 30 de julio de 2012

¿ESCLAVIZA EL AMOR?


En una conferencia un día dije: No debemos esclavizarnos a nada ni a nadie.

Una dama muy espontánea y expresivamente exclamó: Pues yo me muero de ganas de esclavizarme a uno. Risas entre los presentes.

El amor que esclaviza no es buen amor.

El amor, que es el deseo y sentimiento profundo del bien de la otra persona, debe ayudar a la otra persona a vivir plenamente su naturaleza. Y sólo se es persona cuando se es libre con verdadera libertad interior.

No se puede ser feliz sin libertad interior.

Puede incluso faltar la libertad exterior. Pero es la libertad interior la que no puede faltar para ser feliz.

El verdadero amor libera.

Nunca esclaviza.

No hay amor verdadero humano sin libertad.

No hay felicidad sin amor.

No hay felicidad sin libertad.


La felicidad no debe ser el objetivo de nuestras vidas sino el fruto de la realización de nuestra naturaleza humana en nuestras vidas.

La felicidad no es el objetivo sino el fruto y consecuencia lógica del objetivo cumplido: realizarse verdaderamente como persona.

El grado de felicidad profunda y verdadera está en proporción directa del grado de realización humana.

El amor es el camino más claro, yo diría único en la realización humana.

Luego el amor verdadero, nunca puede ser un obstáculo a la realización humana, sino todo lo contrario.

El amor te hace ser más tú.

El amor te hace vivir más tu realidad.

Los que tratan de poseer, de esclavizar a la persona amada están demostrando que no la aman de verdad.

Cuando una persona intenta hacer de su pareja una persona a su imagen, a su capricho, a su gusto, impidiéndole que se desarrolle con libertad, está demostrando o que no la ama o que no sabe amarla.

Los que no permiten a la persona amada desarrollarse en todos los aspectos de su personalidad, en todas sus capacidades afectivas y mentales, artísticas y culturales y en sus tendencias sociales y humanas, no la aman de verdad.

La mejor manera de demostrar a una persona que se la quiere es respetar su libertad en todos los aspectos y toda su extensión.

El amor no es esclavizador sino liberador. Si es verdadero amor.


Darío Lostado
(La Alegría De Ser Tú Mismo)





martes, 24 de julio de 2012

AYUDA


La ayuda más valiosa y eficaz es enseñar al otro para que no necesite de ayuda.

Al que sufre, sólo se le puede ayudar, haciéndole ver la causa de su sufrimiento. Todo sufrimiento está en la mente. Allí nace y allí debe morir.


Quien ha superado los deseos innecesarios de su corazón, podrá ayudar a otros a calmar las inquietudes provocadas por sus excesivos deseos.

La ayuda material y física es relativamente fácil. La moral y espiritual es más difícil, porque hay pocos preparados para darla. Nadie puede comunicar la fuerza del espíritu si él mismo no la está viviendo.


Darío Lostado
(Mensajes De Realización)


viernes, 20 de julio de 2012

CONCIENCIA ATEMPORAL


Tu cuerpo es temporal y tu mente también.

Tú, en cambio, en lo que eres como realidad, eres atemporal. No hay tiempo en ti.

Mientras te veas supeditado el tiempo, tendrás miedos del futuro, añoranzas y tristezas del pasado y estarás permanentemente preocupado por conservar lo que crees tener, para que el tiempo no te lo arrebate.


Si te centras e instalas en la conciencia atemporal de ti, encontrarás la paz y libertad que tanto anhelas. No es difícil ni mucho menos imposible. Quédate sereno y abierto a la intuición que proviene de dentro y todo se te hará luminoso y te sentirás seguro, porque el tiempo no puede quitarte lo que lo supera y está fuera de él porque es atemporal. El miedo sólo amenaza a lo temporal.


Darío Lostado
(Mensajes De Verdad)

lunes, 16 de julio de 2012

¡SÉ LIBRE!





Nadie puede ni debe hacer por ti
lo que tú sólo debes hacer.
Nadie puede pensar por ti,
amar por ti, vivir por ti.





¿No dijiste muchas veces
que querías ser libre e independiente,
que nadie mandara en ti?
¡Vamos, adelante! 


¡Sé libre!


Darío Lostado
(Ama Y Haz Lo Que Quieras)

sábado, 14 de julio de 2012

¿QUÉ ES MEDITAR?


Meditar es un término polivalente.
Pero la meditación verdadera, la que se requiere para el encuentro consigo mismo no es algo que hay que hacer, no consiste en ninguna acción, sino que es una actitud de ser.
En nuestra vida moderna se valoran primordialmente y casi exclusivamente las acciones. Aquello que requiere acción más intensa es valorado y premiado más.
No ocurre lo mismo en el nivel de conciencia en que trabajamos para contactar con El Ser, con el centro de nosotros mismos. En este trabajo la mayor acción está en la no-acción.
La meditación, en este trabajo, no consiste en hacer algo sino en disponerse para que algo ocurra.
Para disponerse para ese suceso, para ese contacto con El Ser, lo único que hay que hacer es vaciarse, no hacer nada, quedarse sin nada, estar puramente disponible, con la aspiración profunda de ser en El Ser.
Hay que quedarse libre de pensamientos, libre de deseos, libre de acción, solamente atento y muy despierto ante El Ser.
Así como la mayor intensidad de ser está en el vacío, en lo que aparentemente a los sentidos externos es nada, así el mayor acontecimiento, el suceso más extraordinario para el ser humano, ocurre en la no-acción, en la ausencia total de acción.
Los físicos modernos nos hablan de los agujeros negros del espacio. Dicen que consisten en un vacía absoluto. Y ellos mismos dicen que esos agujeros negros, ese vacío absoluto, es precisamente la mayor condensación e intensidad de energía. En la, aparentemente, más absoluta nada, está la mayor intensidad de Ser.
Lo más perfecto, El Ser, Dios, es lo más simple, lo más invisible, lo menos perceptible sensorialmente. Pero es el ser más auténtico, el verdadero ser, el único ser. Todo lo demás es la manifestación de ESO inmanifestado.

Muchas personas tienen miedo a estar solas, tienen miedo de pensar, de enfrentarse consigo mismas, tienen miedo de no pensar, tienen miedo a verse, de mirarse. Pero todavía tienen mucho más miedo de no pensar, de quedarse en silencio absoluto por fuera y por dentro. Tienen mucho más miedo de quedarse sin el apoyo de las sensaciones exteriores y de los mismos pensamientos que siempre suelen acompañarnos.
Generalmente somos reacios a no-hacer, a no-pensar. Nos han educado para la acción competitiva, dominante y adquisitiva. Así, vivimos constantemente encerrados en pensamientos, proyectos, objetivos.
Frente a ese hábito en el que hemos sido educados, existe otro modo de estar y comportarse. Es la actitud y el estado de estar vacío de todo y disponible al Ser, al que ES TODO.
Esa actitud, ese estado de estar y ser, es la meditación.
Los otros tipos de meditación pueden ser útiles para otras cosas. Pero todas esas cosas serán del plano existencial ilusorio e impermanente. No del plano esencial, real y permanente.
Jamás podremos llegar a la simplicidad y perfección del Ser, de nuestro ser, por medio de la complejidad de la mente con sus contenidos múltiples y confusos.
La meditación, con el silencio absoluto de la mente, es necesaria para el feliz encuentro con El Ser, con nuestro verdadero Ser, en el centro de nosotros mismos.
La mejor meditación es no-pensar, silenciar la mente con todos sus contenidos.
Cuando haya vacío y silencio en tí, quedarás lleno de ti mismo, de la felicidad y amor que eres. Entonces nada podrá inquietarte porque sabrás por propia experiencia que todo lo que puedes desear ya lo eres, y que nada ni nadie te puede quitar lo que eres porque eres UNO con El Ser, con Dios.
Si entiendes lo que estoy diciendo, aunque sólo sea intelectualmente, te invito a que empieces a intentar esta experiencia, porque es una señal muy probable de que existe en ti una demanda de algo más y lo mejor de lo que estás haciendo y viviendo. ¡Adelante!


Darío Lostado
(Hacia La Verdad De Ti Mismo)


jueves, 12 de julio de 2012

¿KARMA? ¿RESPONSABILIDAD?


La Vida se expresa a través de todos los seres vivos. Por tanto también a través de cada uno de nosotros.
No somos nosotros los que hacemos que las cosas sean así o asá. Es la Vida la que hace cada cosa.
Es cierto que Esa Vida se expresa a través de nosotros, por nosotros. Y nosotros tenemos aparentemente la capacidad de "colorear", de influir, de modificar el plan y la acción de La Vida o de Dios.
Pero ¿hasta qué punto la modificación que damos a los acontecimientos depende de nosotros? ¿Acaso no es La Vida, Dios, quien pone a cada uno en unas condiciones determinadas para que desarrolle en más o menos grado ciertas cualidades concretas?
Parece que, en teoría, el hombre es libre. Aunque deberíamos decir con más precisión, que el hombre tiene la capacidad de ser libre.
Esa capacidad o potencialidad solamente es un hecho real en aquellos que han llegado a liberarse o desembarazarse de los lazos y cadenas de los condicionamientos físicos, morales, sociales, psicológicos, que los determinaban en cierta dirección o sentido concreto.
Decir que el hombre es libre o que el hombre es racional quiere decir que el hombre tiene la capacidad de llegar a obrar, actuar y vivir con libertad o de un modo racional. Pero solamente lo es de hecho y efectivamente cuando ejercita esa potencialidad y pasa de la pura potencia al acto.
De hecho, si observamos un día cualquiera de nuestra vida nos quedaremos asombrados al constatar qué pocas horas o minutos hemos sido conscientemente racionales y no autómatas. Y si somos autómatas, podemos decir que actuamos libremente?
La Vida se expresa a través de las cosas y a través de nosotros, aunque de distinta manera. A través de las cosas se expresa directa e inmediatamente. Nosotros en cambio podemos obstaculizar o por el contrario podemos cooperar consciente y amorosamente con La Vida.
Somos tanto más actores cuanto más conscientes somos de la acción de La Vida en nosotros.
Cuando creemos que nosotros somos los únicos actores de nuestras acciones, vivimos en la ignorancia inconsciente de que el único verdadero actor de todo es La Vida, Dios.


Ya sé que surgen las preguntas, ¿y la responsabilidad personal, dónde queda?
En realidad solamente podemos hablar de responsabilidad en quienes obran y actúan consciente y libremente sin condicionamiento alguno. Y todos sabemos la maraña de condicionamientos, manipulaciones y presiones a que está sometida la mayor parte de las personas, tanto físicas y económicas como psicológicas, religiosas y sociales.
Hay una responsabilidad que es ineludible para todo ser humano. Es quizá la única o por lo menos la principal responsabilidad que tiene que afrontar.
Cada uno tiene que preguntarse: Yo soy persona, pero ¿ejerzo de persona? Yo soy libre pero ¿ejerzo mi libertad? Yo soy consciente pero ¿ejercito mi consciencia?
Si no nos planteamos estas responsabilidades básicas ¿cómo vamos a hablar de responsabilidades ulteriores?
¿Quién es el que responde? ¿Ante quién responde?
En el juego social, en la estructura de la vida social es evidente que son necesarias unas reglas, unas leyes para un buen ordenamiento social y convivencia humana. Ahí está todo el tinglado jurídico con su códigos, jueces, fiscales y defensores con todo ese complicado entramado y compleja estructura legal.
Pero nosotros no hablamos aquí de esa responsabilidad social o legal.
Me estoy refiriendo a nuestra actitud ante el Gran Juego de La Vida. Se trata de entender el Gran Juego de La Vida en mí, mi Gran Juego con La Vida.
Cuando este gran juego está resuelto, el otro, el pequeño juego social queda reducido a un mero trámite de poca importancia.
Los conflictos sociales son tan numerosos y resultan tan agobiantes porque no tenemos resuelto el gran problema de nuestra vida: la toma de conciencia del verdadero sentido de nuestra vida en La Vida.
Cuando somos conscientes de que toda nuestra actividad humana no es sino expresión, manifestación o reflejo de La Conciencia Pura, nos damos cuenta de que todos los problemas que nos creamos sobre reencarnación Karma, responsabilidad... etc., quedan reducidos a unos simples planteamientos teóricos y juegos mentales.
Los hombres solemos jugar mucho a "ser o parecer importantes".
Cuando demos a La Vida, El Ser, Dios, el lugar que le corresponde, nuestros problemas y preocupaciones quedarán reducidos y enmarcados en su justo lugar y tendrán una exacta respuesta y adecuada solución.


Darío Lostado
(Hacia La Verdad De Ti Mismo)

martes, 10 de julio de 2012

SER HUMANO



Es bello ser hombre.

Es bello y gozoso saber en qué consiste esencialmente ser hombre o mujer.

Cualquier ser humano tendría que sentirse feliz simplemente al saber que es capaz de amar y sentirse Uno con el Amor. Porque, no tenemos Amor sino que SOMOS AMOR.

Saber también que somos Uno con aquellos que no nos aman y hasta nos odian. También entonces somos Amor y podemos expresarlo, aunque nadie se entere ni sepa.

¡Alégrate porque eres un ser humano!


Darío Lostado
(Mensajes De Alegría)

domingo, 8 de julio de 2012

PRESTAR ATENCIÓN


Te propongo que te observes con cuidado y evites en tu vida estos frecuentes y nocivos errores:

· Dañar La Vida en cualquiera de sus formas.

· Atentar contra la propiedad ajena, ni directamente ni en formas astutas y ladinas.

· Albergar deseos adúlteros.

· Hacer afirmaciones malintencionadas.

· Tener envidia y expresarla en palabras, insinuaciones o hechos.

· Ofender con palabras hirientes y culumniadoras.

· Mentir clara o veladamente.

Estas son algunas de las torpezas que suelen pervertir la conducta humana. Cuídate de ellas.


Darío Lostado
(Mensajes De Realización)

viernes, 6 de julio de 2012

CUIDADO CON LAS EMOCIONES


El amor auténtico no puede ser en sí emotivo, porque la emoción nace y el amor es eterno. En la emoción, yo me siento "otro" o los "otros". Y eso es la negación del amor que es la unidad.

Cuando consigo algo que deseaba o encuentro a alguien que deseaba ver, se da un estado emocional de alegría. Y de tristeza cuando ocurre lo contrario. Pero ambas actitudes y estados son ilusorios. Nada de eso es la realidad. Todo ello es una pura lucubración de la mente. Yo y el "otro" tan sólo estamos separados por nuestra mente, pero no en la realidad.

Es evidente que esto contrasta con la falsa creencia en que hemos sido educados de que existe una realidad que llamo "yo" y otra que llamo "el otro". La realidad es una. Tan sólo hay separatividad en los conceptos mentales con los que nos manejamos comúnmente.

Esa idea de separatividad es, por cierto, la causa de todas nuestras calamidades a nivel humano personal, a nivel social y de toda la Humanidad.

En el amor verdadero no existe "el otro".

Amar es sentirse uno en el otro. Esto es así en la realidad aunque nuestras mentes se resistan a admitirlo. Pero si yo no lo pienso, no lo siento y no lo vivo así, no estoy viviendo el amor verdadero sino una semejanza mental. Así se explican todas las depresiones, vacíos, angustias, soledades y tristezas que aquejan a la Humanidad.

Quiéralo o no, sépalo o no, Dios es más yo que lo que yo pienso que soy yo. Esa es una unión que no se puede negar porque si se negase, ese ser que llamo Dios sería un dios falso o un simple concepto o palabra.

Vivimos en un mundo imaginario, un mundo donde creemos que hay personas diversas, a las que hay que amar de distinta manera, incluso en algunos casos, personas a las que hay que odiar. Es el mundo de la separación, que tan sólo tiene base en nuestra mente separatista que nos hace ver multiplicidad real donde tan sólo hay multiplicidad de formas, de manifestación del único Ser que es Amor, Unidad. Estamos viviendo con la pretensión de creer que este mundo de formas visibles es real cuando la única realidad de él es el cambio permanente y su fugacidad instantánea.

La emoción es una forma de la imaginación irreal.

Las sensaciones son alteraciones de los sentidos. Y los sentidos tan sólo son instrumentos del cuerpo. Y el cuerpo es la forma ilusoria con la que más identificados estamos en nuestra existencia. Por eso tenemos miedo a perderlo, porque creemos que perdemos todo lo que somos. Ese es el error y esa es la causa de la mayor parte de nuestros temores.


Al estar identificados con nuestro cuerpo, toda nuestra existencia gira alrededor de las necesidades y satisfacciones exclusivamente del cuerpo que creemos ser.

En la satisfacción o negación de esa complacencia, aparecen las emociones alegras a tristes o a la inversa, con sólo cambiar un pensamiento favorable o desfavorable en su mente. Lo ilusorio, lo existente, para con el tiempo.

Sólo "lo que eres" está fuera del tiempo y es permanente".

Cuando se comprende el proceso del vaivén transitorio de las emociones, la serenidad y paz inundan el alma.

El equilibrio emocional tan necesario para ser feliz, no se conseguirá mientras vivamos con errores graves en nuestra mente.

¿Cuales son estos errores? Cada uno ha de ir descubriéndolos en sí mismo, pero el más grave y madre de otros muchos errores es el de creer que yo soy esa idea que se ha ido formando en mi subconsciente a través de programaciones exteriores falsas y de la identificación que nos hemos creado con nuestro cuerpo, nmuestra honrilla, el personaje de nuestra personalidad que, a toda costa queremos imponer y afirmar sobre los demás.

Por todo esto, podemos afirmar que así como el amor es de tu yo verdadero, de tu naturaleza más íntima, las emociones son de tu pequeño yo, de tu personajillo, de la falsedad de ti.

Mientras somos esclavos de nuestras emociones, podemos observar que todas esas actitudes de altruismo, bondad, generosidad, servicio... se quedan en la autocomplacencia del pequeño yo personal que está sediento de emociones gratas.

Todo servicio, amor o preocupación por los demás no es sino un servicio y complacencia de sí mismo, si se está viviendo esclavizado al yo personal.

En la vida diaria nos encontramos con personas que supuesta o aparentemente viven pendientes del servicio y solidaridad con los demás y en cambio, se arrastran en un mar de desasosiogo, inquietud, inseguridad y depresiones... Tales personas harían muy bien si analizaran y examinaran, desde dónde están sirviendo a los demás y queriendo ser generosas y útiles...: Y esto es muy sencillo de verlo, si en sus trabajos van buscando emociones de alegría en los resultados de sus servicios, cuando estos son exitosos y, por el contrario, se sienten tristes y depresivas cuando los resultados no son favorables, deben ver que es necesario y urgente cambiar su actitud egocentrada y obrar desde una actitud de amor generoso, que es el fondo de nuestra naturaleza más íntima, que permanece serena aun en las circunstancias más adversas y no se ve arrastrada por emoción alguna.

El egocentramiento nos separa de los demás, y el amor auténtico hace que la distancia entre yo y el otro sea igual a cero.


Darío Lostado
(Atrévete A Ser Libre)

martes, 3 de julio de 2012

COLECCIONANDO MÉTODOS Y PRÁCTICAS


Muchas personas se sienten retraídas de su realización interior porque creen que es un camino complicado. Han oído que se necesitan muchas prácticas de Yoga, posturas raras, muchas horas de ejercicios de toda índole... Les resulta, en fin, muy difícil e inasequible.

Pero mi voz me dice:

Se observa con frecuencia que muchos buscadores de su realización personal eligen caminos y métodos llamativos y exóticos. Muchos se quedan enredados en tantas y tan raras prácticas y ejercicios de yoga que pareciera que ese fuera el objetivo último de su esfuerzos.

En el mundo occidental se ha confundido la realización espiritual con esa maraña de prácticas, ejercicios y ritos orientales. Cualquiera es maestro de yoga. Con algunas de esas prácticas puede conseguirse, quizás, cierto mejoramiento físico o mental momentáneo. Pero dicho mejoramiento no tiene ninguna relación con la realización espiritual que es una transformación interior permanente de la totalidad del ser.


Encontrar un alivio a los problemas no es lo mismo que solucionarlos. La solución única puede encontrarse en la transformación interior de cada uno. Y el camino directo para esa transformación es la investigación constante y perseverante de sí mismo, de la naturaleza del ser real. Esta investigación no requiere de muchas prácticas raras y exóticas sino de la perseverante y sincera pregunta del ¿quién soy?, ¿qué soy?

Mantén fijamente en tu mente desde la mañana hasta la noche, mientras realizas tus trabajos y quehaceres normales esas preguntas: ¿quién soy?, ¿quién es el que está aquí? ¿quién es el que se está dando cuenta? ¿quién es el testigo de mis propios pensamientos y acciones? No hay que dedicar mucho tiempo especial para ello. Deja que golpee la pregunta dentro de ti. Cuando se insinúe la comprensión de la respuesta empezará la solución de tus problemas.


Darío Lostado
(...Pero Mi Voz Me Dice...)