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martes, 16 de octubre de 2012

SIN EXIGENCIAS NI CONDICIONES

Cuando alguien nos pide algo, nos disgusta que nos ponga exigencias y condiciones a su petición.
A Dios también se le suelen poner exigencias necias.
Él es la Inteligencia Absoluta y sabe muy bien lo que necesitamos. Y sabe cómo y cuándo dárnoslo.
A Dios no le sabe mal nada, ni se enoja con nuestras torpezas y necedades. Pero con nuestra torpeza, al pedir y exigir nos cerramos la puerta y estamos obstruyendo la generosidad divina.
Pedir con pretensiones es interferir con nuestra personalidad individual. Y los deseos de la personalidad hacen que nuestra petición no proceda de nuestro interior sino de los caprichos superficiales de la persona.
Cuando nos dirijimos a Dios con exigencias, estamos orando a un dios falso. Y los dioses falsos son sordos e inútiles.


La única postura digna de presentarse ante el Ser Absoluto es hacerlo con sencillez y disponibilidad total.
Basta con decir: Tú sabes muy bien lo que me hace falta y sabes el modo mejor de solucionar mi necesidad.
Él siempre nos da lo que necesitamos. No lo que pensamos que necesitamos, sino lo que realmente nos hace falta, que no siempre suele ser lo mismo que nosotros deseamos.

La razón de no recibir lo que precisamos reside en la falta de disponibilidad y apertura sencilla.
Si te presentas ante Dios con estas disposiciones, aun sin pedir recibirás lo que necesitas.


Darío Lostado
(Tu Vida Tiene Sentido)

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