Un monje, en su paseo vespertino, entró en el bosque y se perdió en él. Llegó a la cabaña de un ermitaño y le pidió ayuda para orientar su camino.
El ermitaño tan sólo le dijo: "Ahí está el río. Sigue el curso del río".
Así lo hizo y llegó a su monasterio.
"Sigue el curso del río" significa "fluye con la Vida". Acepta los vaivenes de la existencia.
No resistas. Acepta lo que es, tal como es. Sin quedarte quieto y estancado. La Vida fluye. Fluye tú con La Vida y no contra ella. Pero no te paralices.
Todo en la vida tiene su razón de ser y existir.
Todo, incluso ese Yo personal al que solemos estar esclavizados, tiene su sana misión cuando lo tenemos de vasallo y no de rey de nuestra existencia.
El yo personal tiene la misión de que estas formas con que El Ser Invisible se manifiesta en el mundo, sean una viva expresión de Lo Inmanifestado. Pero cada cosa en su adecuado cometido.
Todo está puesto ahí por La Naturaleza-Dios para realizar su misión.
El sabio conoce el fluir del río de la Vida. Por eso sabe utilizar cada cosa en su tiempo y forma. Es sabio quien observa, entiende y comprende.
Darío Lostado
(Atrévete A Ser Libre)
Muchas gracias por compartirlo! la vida fluye y fluye también a través nuestro, no podemos ir contra corriente, adaptarnos a todo lo que nos llegue será la manera de continuar siempre adelante... Un abrazo!
ResponderEliminarEs cierto... hace tiempo me diste el consejo de dejarme fluir... creo que es muy bello recordarlo con este escrito. Saludos Guillem!
ResponderEliminarY es que ciertamente no hay más que eso. Otra cosa es ir en contracorriente con la Vida.
ResponderEliminarAbrazos.