Los que se alaban muchas veces llevan el castigo en su vanidad.
Xanto era un filósofo griego con fama de bondad.
Había tres esclavos a la venta y él quiso comprar a uno de ellos. Les preguntó: ¿Qué sabéis hacer? Uno, que era gramático, dijo: Todo. Otro, que era cantor, dijo: Yo lo mismo, pero mejor.
El filósofo Esopo era el tercero y echándose a reír dijo: Yo no sé hacer nada ni lo he necesitado porque estos amigos sabían hacer todo y lo hacían por mí.
Xanto, entonces, quedó admirado por la sagacidad de Esopo y lo compró como su esclavo. Xanto era buen amo y todos querían ser sus esclavos. La vanidad y soberbia es mala consejera.
Dario Lostado
(Mensajes De Alegría)
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