Sariputra era un discípula de Buda. Estaba junto a un lago haciendo sazen, o sea, meditando. Los peces del lago saltaban y al verlo no podía concentrarse para meditar. Entonces se retiró un poco y se puso debajo de unos árboles. Allí el canto de los pájaros le impedían también meditar. Por fín cansado y enojado con los peces y pájaros pescó los peces y cazó los pájaros y los comió. Pero se indigestó con la comida y enfermó. Entonces tampoco podía meditar.
La agitación y la distracción están más dentro que fuera. Es la mente la que salta con sus pensamientos y deseos más que los peces. Siempre encontramos excusas para dejar de hacer lo que tenemos que hacer.
Huimos, huimos de todo lo que nos molesta y desagrada de fuera. Pero jamás podremos huir de lo más molesto, de los deseos caprichosos que anidan dentro.
Darío Lostado
(Vivir Como Persona)
Ésto claramente explica de que lado mastica la iguana.
ResponderEliminarUna vida entera no da tiempo para desenredar las profundidades de todo.
Ni el Budismo lo exige.
La vida es como es para cada quien y avanza tanto la karmática colectiva como personal.
La cual sólo Dios la entendería, de existir.
Pues si desconocemos nuestro funcionamiento, ¿Como vamos a saber el de un Dios?