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viernes, 10 de febrero de 2012

¡POBRE DE MÍ!


Es frecuente encontrar personas que se quedan con el pensamiento y la atención fijos en alguna calamidad o desgracia que les ha ocurrido. Piensan, como si el mundo se circunscribiera a su personal desgracia. Durante el día, durante la noche, en cualquier momento su atención está fija y reducida a lamentar su desgracia.

Pero mi voz me dice:

Cuanto más piensas en algo, más te pesa y te afecta ese algo. Tu dolor, tu resentimiento, tu tristeza, tu preocupación, tu sufrimiento aumenta cuanto más te encierras en él.

Si te dieras cuenta que no eres ese cuerpo que tienes, ni eres tampoco esa idea que tienes de ti y sobre ti y centraras tu atención de la consciencia que se está dando cuenta de lo que pasa en ti, en la consciencia que observa y no en lo que observa, si entraras la atención en quien ve y no en lo que ve, te darías cuenta que tu dolor, tu tristeza y sufrimiento se van diluyendo.


Ningún acontecimiento puede afectarte a ti. Afecta tu mente o tu cuerpo. Pero tú no eres ni la una ni el otro.

Tú, que eres el observador, el testigo de todo cuanto pasa en ti, eres más que todo cuanto pueda ocurrir alrededor de ti.

Cambia tu atención de lo que ocurre y ponla en el que se da cuenta de lo que ocurre, en el testigo que eres tú.

Cuando dejes de sentirte como un círculo pequeño, el reducido círculo de tu personalidad, te darás cuenta que lo que te ocurre no es tan importante como para reducir la vida a tu pequeño "ego".


Darío Lostado
(...Pero Mi Voz Me Dice...) 

3 comentarios:

  1. Muchas gracias...esta entrada ha venido directa para mi y mi corazón, totalmente agradecida. Un gran abrazo.

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  2. La consciencia es siempre consciencia de Sí mismo. Si usted es consciente de algo usted es esencialmente consciente de usted mismo. Una existencia no consciente de Sí misma es una contradicción en los términos. No es existencia en absoluto. La realidad se conoce por lo tanto como sat-chit, ser-consciencia, y nunca meramente como uno a exclusión del otro.

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    Respuestas
    1. Solo ese Sí mismo, que es consciencia, es real. La consciencia que tiene la forma del mundo es ignorancia [conocimiento no verdadero]. Puesto que el mundo no existe aparte de esa consciencia del mundo, [el mundo] es irreal.

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