No hay personas malas sino dormidas.
Como en el sueño físico, también en el sueño psicológico y espiritual hay muchos grados.
Hay quienes están profundamente dormidos, profundamente sumidos en la ignorancia de sí mismos.
Otros están habitualmente dormidos, pero ocasionalmente entreabren efímera y fugazmente sus ojos y entrevén tenuemente algo de la Realidad, de La Verdad.
Otros tienen chispazos de claridad y lucidez.
Otros tienen mayores aunque aislados momentos de lucidez.
Hay quienes viven medio dormidos, pero con una indudable intuición de La Verdad que les reclama por un mayor despertar.
Algunos pocos, muy pocos, suelen vivir despiertos.
Desde el sueño profundo hasta vivir despiertos hay innumerables grados de sueño.
Según sea el grado de sueño o lucidez es el grado de ignorancia o sabiduría.
A mayor sueño o ignorancia, mayor incoherencia, torpeza y perversidad.
A mayor lucidez de conciencia o sabiduría, mayor coherencia, más bondad y más amor.
Estar dormido es confundir los sueños con la realidad. Creer que los sueños son realidad.
Estar despierto es descubrir a cabalidad la realidad permanente, lo que no cambia, lo que está más allá de los sueños, los sentidos y la mente.
Estar despierto es comprender y percibir interiormente La Vida y la Belleza más allá de la rosa y el rosal.
Estar despierto es reconocer lo permanente como real y lo transitorio como aparentemente real pero realmente ilusorio.
Estar despierto es reconocer el pasado como muerto y el presente como el único instante vivo.
Estar despierto significa darse cuenta de que el sufrimiento es creación de tu mente y cuando te deshagas del dominio de la mente te desharás del sufrimiento.
Estar despierto significa aceptar la realidad tal como es sin querer ni pretender que se acomode a nuestros caprichos.
Estar despierto es descubrir que el tiempo es ilusorio como todas las cosas que medimos con él. Estar despierto es reconocer el ser real que es la base de todas las apariencias de cada cosa que consideramos como real.
La Realidad únicamente existe en el AHORA eterno e infinito.
Todo el pasado es de sueños. Como el futuro.
Mientras no entiendas o por lo menos vislumbres lo que estamos diciendo, es señal de que estás durmiendo y necesitas despertar.
En la medida que vislumbres o intuyas la realidad permanente más allá de la ilusoriedad de los sueños, empezarás a despertar.
Si no estás despierto a la realidad que en tí es amor ¿cómo podrás amar de verdad?
Tus amores serán inestables y ficticios como tus sueños ilusorios.
Un parámetro o piedra de toque para conocer la profundidad de tu sueño puede ser la cantidad y profundidad de tus sufrimientos y temores.
Si sufres mucho es que estás profundamente dormido.
Si van disminuyendo los temores y sufrimientos en tu existencia es señal de que vas despertando.
Los doleros físicos afecten más a quienes se resisten a aceptarlos. Los que están despiertos los aceptan como se acepta que tras el día llegue la noche.
El sufrimiento no está en las cosas, ni en los acontecimientos ni en la realidad sino única y exclusivamente en la mente dormida. Como los problemas no residen en los acontecimiento y reveses de la vida sino en la mente que percibe, los juzga como malos y no sabe percibirlos y entenderlos porque está dormida. No puede discernir porque se maneja con valores e ingredientes ilusorios del sueño.
Los elementos del sueño son válidos solamente para entender el sueño, pero no para la realidad que está fuera y más allá del sueño.
Nadie puede amar si no percibe y comprende la realidad amorosa que él es en lo más básico de sí mismo.
Todo lo existente es fruto y producto del amor.
Si eres consciente de que eres amor, amarás todo cuento es fruto del amor.
Darío Lostado
(Somos Amor)
Maravillosa entrada. Gracias.
ResponderEliminar