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domingo, 22 de enero de 2012

SER IMPORTANTE Y TENER EXITO


Hemos oído o hemos leído frecuentemente que es necesario tener una gran personalidad. Así también nos lo han enseñando en nuestros años de educación. Pero lo que no nos han enseñado es que tener una fuerte personalidad tal como suele entenderse comúnmente, implica tener un fuerte "ego".
Se nos ha enseñado a ejercitar nuestro ego en una constante y feroz competencia en todos los niveles en los campos científicos, deportivos, económicos, sociales...
Se nos ha incentivado para ser personas ganadoras, triunfadoras, dominadoras e influyentes sobre los demás.
Más todavía. Se nos proponen como ejemplos y modelos a imitar a personas que a costa de todo y de todos, han triunfado consiguiendo sus objetivos de éxito económico, social, industrial, artístico...
Tales personas son consideradas y propuestas como los ejemplos a seguir para construir una sociedad progresista, desarrollada y exitosa.
Y ciertamente, vemos que gracias a esos hombres y mujeres sin demasiados escrúpulos para conseguir sus metas y escalar puestos en la sociedad, han ido progresando la economía, la tecnología, las artes...
Así hemos ido identificando lo bueno con lo que acarrea progresos y éxito y lo malo e inútil con lo que no conduce al progreso y el éxito.
Así se ha ido creando una idea de persona importante, elevada, exitosa y triunfadora y otra idea de persona vulgar, anodina, perdedora y no-importante.
El llegar a realizar la idea triunfadora es el objetivo de la mayoría de la gente, cada uno en su propio ambiente y nivel.
Vemos, pues, que la mayor parte de las personas viven constantemente girando y moviéndose a impulsos de esta idea y de este objetivo: llegar a ser importante, triunfar, estar arriba por encima de los demás.
En esa lucha por ser más que los demás no hay barreras para conseguir su objetivo. Todos quieren subir a la cumbre a costa de quien sea y de lo que sea. No existen escrúpulos en pisotear y avasallar.
El llamado desarrollo económico y social a costa de injusticias y atropellos no parece muy adecuando para enorgullecernos del progreso moderno.


Esta es la filosofía, este es el pensar de nuestro mundo occidental: competir para ser y tener más que los otros.
Los efectos de esta filosofía son evidentes. Cosechamos lo que sembramos. No podemos quejarnos.
Frente a esta educación y filosofía de vida occidental tenemos la enseñanza de los maestros del ser interno, que enseñan que el objetivo del hombre en su vida no consiste tanto en hacer y conseguir más y más cosas y tener éxito y reconocimiento exterior sino en ser consciente de todas nuestras capacidades y desarrollarlas en armonía y orden interior, no para ser más que los demás sino para ser muy auténticamente uno mismo.
Para las personas que conocen con verdadera sabiduría el sentido de sus vidas, el éxito, aplauso y reconocimiento externo son totalmente irrelevantes, innecesarios.
Tales personas no intentan conseguir una fuerte personalidad o ego triunfador.
Tales personas saben que mientras no sea destruido o reducido a su lugar el idolátrico "yo" inferior no podrá brillar el Yo verdadero. Y ellos tienen un único objetivo: vivir desde su "yo" verdadero, desde su auténtica realidad, vivir la verdad de sí mismos y no el engaño de su falso e irreal yo.
Tales personas suelen ser un estorbo para muchos porque son una denuncia viva del engaño, la mentira y la hipocresía con que suele desarrollarse casi toda la vida social y política.
Tales personas no llegarán a ser importantes, ocupando puestos de influencia y poder. Pero tales personas son las auténticamente importantes en el mundo. Y gracias a tales personas nuestro mundo es todavía un poco más humano.


Darío Lostado
(Hacia La Verdad De Ti Mismo)

3 comentarios:

  1. Uffff.. Si tuviéramos en cuenta esto que nos dice Darío....... Este mundo sería mucho más "humano".

    _/\_

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  2. eso es hermoso de que sirve buscar el exito, los bienes etc con fines egoistas para alzarnos y sentirnos mejor que el resto. si no compartimos con el resto, los usamos para obtener cosas, y al fin queda ese vacio interior que no llena ni el dinero, ni reconocimientos. silo es vano y se esfuma. debemos buscar un ideal mas noble que nos llene el alma de dicha y bienestar con nosotros mismos. Por ejemplo en el servir encontramos autentica dicha, servir a los demas sin buscar recibir a cambio nada. Sin buscar ser vistos o reconocidos por nuestras obras. solo por la dicha de ayudar a otro ser humano. si nos ayudamos entre nosotros progresamos. si el otro esta bien yo tambien.

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