Cuando el corazón humano es poseído y posesionado por el deseo y anhelo de sentirse unido con Dios, ha logrado la única y más noble ambición que puede tener en su existencia.
Cuando este ambicioso anhelo se convierte en divina locura, el hombre llega a la identificación con la divinidad, consiguiendo su plena realización, libre de deseos y mezquinas ambiciones humanas.
Esta es la más noble petición que puede hacerse a Dios, con la seguridad y certeza de que será oída, porque es la única absolutamente perfecta, por ser el Ser Absoluto lo único deseado.
Las peticiones, cuanto más nobles y puras, mejor son atendidas.
Darío Lostado
(Mensajes De Realización)
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