Decía uno: yo por las buenas, todo lo que quieran, pero por las malas me encuentran. Como decir: Si los demás son buenos conmigo, yo también lo soy pero si no, seré como ellos.
Pero mi voz me dice:
La ley del talión quedó abolida y superada por la ley de la comprensión y el amor.
Además ¿por qué no inviertes los términos? ¿por qué no eres tú bueno para que los demás sean buenos? ¿no sabes que los demás son a la larga lo que tú eres?
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Te sueles quejar cuando tú eres bueno y los demás no responden con la misma bondad. Pero esa supuesta bondad tuya ¿brota de dentro de ti, es constante y habitual o por el contrario, es de apariencia, de cara a la galería, momentánea e inconstante?
Si tú eres egoísta e interesado en tus acciones, en tu pensar y en tu filosofía de vida, si eres malhumorado, impaciente, exigente, déspota, indolente, vago, desordenado, inconstante, etc., eso mismo provocas en tu entorno.
No esperes que los demás sean de tal o cual manera, para corresponder tú de la misma forma. Haz que tu modo de ser y obrar arrastre a los demás para que sean como crees que deben ser.
Eso no se consigue siendo buenos en un cierto momento, con actos esporádicos y aislados sino con un modo constante de obrar rectamente, sabiendo que la vida es justa y siempre devuelve y paga con estricta justicia. No exijas antes de dar. No exijas correspondencia si no vas tú por delante.
Darío Lostado
(...Pero Mi Voz Me Dice...)
Gracias Darío!
ResponderEliminarPienso que la Vida es justa y siempre da lo que tiene que dar. Lo que pasa es que estas mentes condicionadas quieren "ver" otra cosa -claro para su propio interés y provecho- Una pena....
Un abrazo Guillem!
Ser uno mismo... uno mismo...esa espontaneidad desde nuestro interior más que desde nuestro nivel mental. Cuando contactamos con el corazón... con el cuerpo... esa conciencia nos sana y nos ofrece la naturalidad, la inocencia desde la Verdad.
ResponderEliminarA menudo nuestra mente condicionada nos programa con esas expectativas... y más allá de ese Karma... está nuestro aprendizaje también. Necesitamos situaciones y contextos a veces sufrientes para desarrollar esa compasión que está enlatada por el ego. Y aunque no los necesitemos en última instancia , pero si ocurren... aprendamos a vivir a través de ellos... relativicemos eso ocurrido... sintamos compasión por el que nos ha herido entendiendo que es víctima de sus emociones negativas como nosotros mismos en muchos casos... Fluir con lo que nos sucede a veces no es fácil cuando hay dificultades... pero la Sabiduría interna nos hará comprender.
Jolín... qué largo Guillem...
Un beso... siempre fresco y cálido a la vez.
Carmen