Mi amigo se había marchado a pasear y se quedó meditativo en un acantilado frente al mar.
Cuando regresó lo noté contrariado.
-¿Qué te pasa? -le pregunté.
-Nada -me contestó-. Esta vida es un asco. Y yo más asco todavía.
-¿Por qué dices eso?
-He estado mirando el mar infinito -me dijo-. Siempre el mismo. He pasado revista a mis preocupaciones y me parecen todas ridículas, infantiles. Siempre ocupado en necedades sin sentido, como si fueran problemas trascendentales.
Siempre esclavo del deseo de esto o aquello.
Siempre ocupado en necesidades insensatas.
Siempre pendiente de si fulanita me quiere o no.
Siempre pendiente de si reconocen y aprecian mis cualidades.
Siempre preocupado de que no me falten ciertas comodidades.
Siempre apegado a cosas y personas...
Me siento ridículo. Me siento estúpido.
Veo que tengo un mundo infinito más que el mar y me encadeno a pequeñeces.
Veo que el Universo entero está en mi conciencia, veo que soy la Inteligencia y La Vida infinita... y pequeñas situaciones, hechos insignificantes llegan a alterarme...
-Pero eso no es para enojarte contigo mismo -le dije-. Eso es más bien para que estés contento de que al fin te das cuenta de tu necedad, del error en que has estado sumido mucho tiempo de tu vida. Pero ahora tomas conciencia, lo ves.
-Si. Pero me da rabia de mí mismo porque he perdido tanto tiempo...
-Mira, si te da rabia es que todavía no te has comprendido bien. Todavía estás mirándote y mirando tu vida con los ojos de tu "ego" vanidoso que quiere verse perfecto. Por eso se enoja consigo mismo. Cuando tengas comprensión. Cuando te mires y mires tus propias deficiencias con serenidad con una comprensiva aceptación total, estarás empezando a madurar, a abrir los ojos, a ser menos estúpido. Mientras te enojes contra ti mismo, algo anda mal en su fundamento.
Es verdad que a veces se oyen voces por ahí, de indignación por los males del mundo y muchas voces animan e incitan a la rebeldía y las protestas y...
-¿Qué? ¿Acaso vas a decir que eso no está bien? -me cortó.
-Es verdad que el preocuparte de tonterías es necio. También es verdad que en el mundo hay muchas injusticias y muchos abusos... Pero tus gritos, tu rabia y tu rebeldía como la del mundo entero no solucionan ningún problema. El problema únicamente empieza a resolverse cuando lo ves lo comprendes y resuelves la parte que te corresponde a ti.
Darío Lostado.
(Somos Amor)
Gracias Darío!
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