Al mirar nuestro mundo, vemos que más de mil millones de personas pasan hambre, vemos que millones están atormentados por las guerras, vemos que muchos son esclavizados y vejados por algunos que ostentan más poder y los someten a sus caprichos y ambiciones.
Vemos también con qué frenesí se codicia y anhela el dinero como instrumento de poder, mientras oímos casi con incredulidad y como una lección utópica y lejana aquella bendición: "¡Felices los pobres...!"
¿No será un terrible y maléfico lastre para ser feliz esa ambición desordenada de tener más y más, y que reduce a una inhumana esclavitud a quienes son víctimas de una desenfrenada y ridícula avaricia?
Todo aquello que es innecesario se convierte en un obstáculo para subir la montaña de la bienaventuranza.
Tratamos de justificarnos siempre pensando que tales y cuales cosas son necesarias y así seguimos con el lastre a cuestas, sin permitirnos subir la montaña.
Nada es malo hasta que algo nos tiraniza. Y las riquezas innecesarias suelen esclavizar. Nos lo dice la experiencia diaria. Basta con observar a las personas que van teniendo día a día más dinero, cómo se hacen más avaras cuanto más poseen. Entonces el dinero, que en sí es bueno, se convierte en un lastre, un estorbo para la felicidad.
Darío Lostado
(Despertar A La Conciencia Día A Día)
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