¿Qué es lo real? ¿Qué es lo irreal? He ahí una cuestión básico y fundamental en la vida humana que exige una respuesta.
Sin que parezca pretencioso, ésa es una de las preguntas más importantes que podemos y debemos hacernos en nuestra vida. Según la respuesta que le demos será nuestra valoración de las cosas y nuestra filosofía de vida.
Vivir Lo Real como Real es vivir en la Verdad.
Vivir lo irreal como si fuera real es vivir en el error, el engaño, la falsedad. Esto no es algo más o menos importante. Es sumamente importante. El Maestro Jesús dijo refiriéndose a este conocimiento de la Verdad: "Una sola cosa es necesaria".
En el mundo, en la vida diaria, se suele dar más importancia a cualquier cosa, antes que al conocimiento de La verdad de Lo Real.
Estamos tan acostumbrados a llamar y tener por lo único real a lo sensible, a lo cambiante, a lo transitorio que todo lo que no cae bajo el dominio de nuestros sentidos nos puede parecer muy bonito y muy bello, pero utópico e inalcanzable.
Algunas personas cuando leen u oyen hablar de ese infinito y maravilloso mundo de La Verdadera realidad esbozan una sonrisa pensando: ¡Qué ilusos! ¡La verdadera realidad es la de cada día. Otros dicen: "yo no sé si eso existirá o no. Pero de lo que no me cabe duda alguna que existe, es lo que veo, lo que vivo cada día..."
Esa es una postura muy lógica y muy acorde con lo que hemos aprendido, por lo que nos han enseñado y por lo que hemos visto en nuestros padres y educadores. Vemos también que eso es lo que piensan los personajes importantes de la política, en ese sentido se habla y se escribe en los medios de comunicación y eso es lo que sentimos y palpamos cada día en el ambiente en que vivimos. Esa es la realidad, esa es la vida, pensamos.
Hasta en ambientes religiosos se siente así. Suele decirse: "Para acercar Dios al hombre o el hombre a Dios hay que partir de la realidad, de la realidad cotidiana de la gente con todas sus miserias y dificultades..."
Ese es el hecho. Para esas personas religiosas que tienen una sana intención de ayudar a la gente, instruirlos y acercarlos a Dios hay que partir de la realidad de cada día.
Ciertamente, hay que tener en cuenta las circunstancias y las situaciones de las personas para entender sus problemas. Pero si partieran desde La Realidad, lo harían desde Dios, única Realidad.
Conviene tener muy claro que si queremos resolver los problemas materiales y físicos, es cierto que podremos resolverlos en su propio nivel físico. Pero si queremos elevar a la persona a un nivel más alto, jamás lo conseguiremos desde el mismo nivel bajo, sino desde un nivel más elevado. Y entonces sí que tendremos que partir de La Realidad, de La Verdadera Realidad, desde el único nivel en que tienen solución los problemas de fondo de las personas, que es El Ser, Dios.
Probablemente habrá personas que en este momento pensarán: "Para la gente que no tiene qué comer lo real es poder comer". Y es correcto. Aunque se podría matizar. Pero yo no me refiero a estos casos extremos. Me estoy refiriendo a las personas más probablemente destinatarias de estas páginas que no están en tales casos extremos. A quien tiene el problema elemental de subsistencia no se le puede proponer otra cosa sino resolver su problema de subsistir.
Existe el error frecuente de querer resolver los problemas ajenos cuando nosotros mismos estamos naufragando en los mismos problemas que queremos resolver en los demás.
Los que intentan mejorar al mundo harán muy bien si se mejoran primero a sí mismos. Y un principio de mejoría elemental es saber si estamos viviendo fundamentados en La Verdad de Lo Real o en la falsedad de lo ilusorio porque ahí se origina principalmente nuestra filosofía de vida.
No creo que exista en la vida de cualquier persona nada más importante que amar La Verdad y vivir de La Verdad. Vivir lo permanente como permanente y lo ilusorio como ilusorio. Vivir cada cosa como lo que verdaderamente es.
Lo Real es verdadero en sí mismo. Cuando se piensa y se verbaliza, ni las ideas ni las palabras son reales. La Realidad hablada ya no es La Realidad sino verbalización de La Verdad. Por eso, Lo Real, Dios, no se transmite con palabras sino con vivencias. Las palabras solamente transmiten palabras e ideas.
La transformación del mundo y de las personas solamente se realizará en la medida en que vayamos dejando el error de lo ilusorio y nos acerquemos a La Verdad de Lo Real.
La aspiración, por lo menos teórica, de la mayor parte de las personas es realizarse. Y las personas están en camino de su realización o van realizándose en la medida en que van viviendo más desde La Realidad, desde su realidad, desde La Verdad de sí mismo, de lo que es Real, permanente en sí mismo y no desde lo ilusorio, cambiante e impermanente como son sus ideas, sus deseos, sus ambiciones, sus cuerpos, sus aspiraciones pasajeras...
Como se ve, eso significa cambiar de signo casi toda la vida.
No se trata de eliminar nada. Sólo la ignorancia y el error.
No se trata de aborrecer nada. No se trata de destruir nada. No se trata de dejar de vivir en el mundo sino de vivir en él, pero desde La Realidad. Entonces se ve que todas las formas variadas y cambiantes del mundo se interrelacionan entre sí. Entonces se ve que La Única Realidad infinita es la base de todas las formas y está sustentando a todas ellas. Entonces uno aprende a vivir La Realidad como realidad y las formas cambiantes como simples formas. Se trata de dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Se trata de considerar real lo que es Real y vivirlo como tal y lo transitorio como transitorio.
Darío Lostado.
(Hacia La Verdad De Ti Mismo)
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